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Ocho importantes diócesis siguen vacantes ante el desconcierto de obispos y sacerdotes

Ángel Suquía espera desde hace 27 meses su sustitución como arzobispo de Madrid

"No sabemos nada" dice un obispo. "No es la vergüenza de la Iglesia; es la vergüenza de la nunciatura" arremete otro. Están perplejos y desconcertados. "No estamos en la época de Franco, cuando el régimeninterfería en el nombramiento de obispos". Pero no se nombran nuevos obispos. Y hay ocho diócesis vacantes; entre ellas, Madrid. El cardenal Ángel Suquía está a punto de establecer una plusmarca episcopal: lleva 27 meses con la dimisión presentada. El nuncio Mario Tagliaferri quiere, según los analistas, cerrar su estancia completando un mapa diocesano monocolor -prelados grises y conservadores- antes de irse, al parecer, este año. Y espera al último momento.

La última diócesis en quedar vacante ha sido Salamanca. Su titular, Mauro Rubio, cumple hoy los 75 años, la edad de jubilación eclesial. Importante por su Universidad Pontificia, Salamanca se une a la lista de sedes vacantes: Madrid, Toledo, Vitoria, Bilbao, Plasencia, Segovia y Ciudad Rodrigo. La plusmarca, no obstante, se la lleva Madrid. El cardenal Suquía sigue: lleva 27 meses como arzobispo dimisionario, camino de inscribir su nombre en el libro Guinness de los récords del episcopado español. Esto ocurrirá, de no ser aceptada su renuncia antes del próximo 2 de junio, cuando habrá superado en 32 meses los 75 años, edad a la que presentó, en 199 1, su dimisión a Roma. José María Bueno Monreal, que permaneció, a comienzos de la década de los ochenta, 31 meses como arzobispo dimisionario de Sevilla, mantiene hoy la marca.

El 'tapón' de Madrid

El caso de Suquía es paradigmático, porque actúa como tapon para cubrir otras diócesis, como Toledo, la sede primada de España, cuyo titular, Marcelo González, presentó su dimisión hace un año. Madrid es la pieza más importante del rompecabezas diseñado por el nuncio Tagliaferri, que, desde: 1985, cuando llegó a España, procedente de Perú, ha removido más de la mitad del episcopado, integrado por 80 obispos, 66 de ellos al frente de una. diócesis. Y todos ellos han tenido una clara línea: dóciles y, conservadores. La apuesta del nuncio, que es quien presenta candidatos a Roma, pretende apuntalar esta línea, según distintas fuentes consultadas, antes de que concluya su estancia en España, presumiblemente el próximo mes de junio, cuando está previsto que se nombren nuevos cardenales. Entonces igual queda despejada la incógnita de Madrid, que ni los propios obispos interesados por descifrarla, conocen.

Los obispos especulan, pero sin datos. Y suenan, entre ellos, muchos nombres, quizá demasiados. Por ejemplo, Antonio María Rouco, arzobispo de Santiago de Compostela, o Francisco Álvarez, obispo de Alicante. También, Claro está, el de Elías Yanes, arzobispo de Zaragoza y presidente de la Conferencia Episcopal Española desde febrero de 1993. Roma no ha dado todavía un respaldo público definitivo a la nueva cúpula episcopal, igual de fiel que la saliente, que encabezaba Suquía, pero de talante más dialogante. Pero parece que habrá, como en el trapecio, equilibrios: si para Madrid se sigue la línea de Suquía, es probable que a Toledo vaya un prelado de talante más abierto.

Sea como fuere, las bases y los analistas están que trinan. Si un obispo dice que es "una vergüenza de la nunciatura, no de la Iglesia", que haya sedes vacantes, cuando todo el mundo sabe el día y año en que cumplen su mandato sus titulares -a los 75-, una fuente próxima al episcopado abunda estableciendo una analogía con el Ejército. "Cuando un capitán general pasa al retiro, enseguida es nombrado otro. Y es que nadie, ni los obispos, se pasan al eneinigo". La cuestión no es baladí, porque refleja desconfianza y supone, dice, "un mal ejemplo".

Así lo expresa también otro cualificado sacerdote, que, como los anteriores, prefiere permanecer en el anonimato., "¿Pero qué desconfianza debe haber con el clero, que ocupa cargos importantes como los rectorados de los seminarios, que no puede ser promovido al episcopado?". Y otro abunda: " ¿Pero es que no hay perfiles idóneos? No parece ser el caso. Dos agustinos residentes en España acaban de ser nombrados obispos de las diócesis de Labrea (Brasil) y Chota (Perú)". "Pero es que, además", añade, "parece que la figura del pastor [obispo] no es importante".

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