ESTA CALEFACCIÓN ES UNA CASTAÑA.
Madrid en invierno se hace mucho más entrañable. Los aspavientos para entrar en calor se confunden con saludos efusivos, y los castañeteos no tienen nada que envidiar al más racial espectáculo flamenco. Hasta la policía municipal se baja de la moto para dar palique a los castañeros. El de la foto no pudo con el viento glacial que atraviesa la plaza de España y puso las manos en las brasas.
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