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El almirante Bobby Inman renuncia al cargo de jefe del Pentágono propuesto por Clinton

El presidente estadounidense, Bill Clinton, sufrió ayer un fuerte revés político con el anuncio del almirante Bobby Ray Inman, de 62 años, de retirar su candidatura para ocupar la secretaría de Defensa. Inman, que debería haber sustituido a Les Aspin al frente del Pentágono, dijo que no estaba dispuesto a vivir un periodo de ataques personales y familiares -"un nuevo macartismo", afirmó- en el proceso de confirmación de su nombramiento en el Capitolio.El almirante, en situación de retirado y con 30 años de servicio en la Administración, especialmente en tareas de espionaje y como número dos de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), denunció una supuesta conspiración contra su nombramiento por parte del líder de los republicanos en el Senado, Robert Dole, y de uno de los más prestigiosos comentaristas políticos, William Safire.

"Los dos lo negarán", dijo Inman desde Austin (Tejas), "pero yo he sabido que había un acuerdo para que Dole apretara las tuercas en el proceso de confirmación a cambio de que Safire acorralara al presidente en el asunto Wh¡tewater", añadió al referirse a la posible relación entre una quiebra urbanística y otra bancaria y la devolución de favores económicos a un socio y amigo de Clinton en sus tiempos de gobernador de Arkansas.

Dole aseguró ayer que no sabía de qué estaba hablando el almirante. Safire, que escribió en su columna del New York Times el pasado día 23 que Inman era "la peor elección de Clinton para el Gobierno", no hizo ningún comentario.

Bobby Inman aseguró también que Safire estaba enfadado con él desde que se negó a servirle como fuente confidencial de información cuando se ocupaba de asuntos de espionaje. El almirante reconoció también que estaba afectado por los comentarios sobre sus problemas con el pago de impuestos por el servicio doméstico que el comentarista William Safire utilizó para acusarle de trampear con el fisco.

El presidente Clinton, que no ha tenido buena suerte con' ciertos nombramientos, tendrá ahora que buscar a otro candidato para la jefatura del Pentágono, después de haber aceptado que Inman dijera públicamente que había votado a Bush en las elecciones de 1992 y que antes de aceptar la designación había explorado la capacidad y preparación del presidente para ser comandante en jefe.

El pequeño terremoto político en Washington coincidió ayer con la entrega de los 2.500 folios del informe final del escándalo Irancontra, la trama que implica a dos ex presidentes republicanos, Ronald Reagan y George Bush, en una operación de venta de armas a Irán en 1985 y 1986 para conseguir la libertad de rehenes norteamericanos en Líbano. Los beneficios de la venta de armas fueron a parar a manos de la contra nicaragüense, burlando una prohibición del Congreso sobre ayuda militar.

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El investigador independiente Lawrence Walsh, que ha invertido más de seis años en la elaboración del informe, dijo ayer que Reagan y Bush estuvieron al corriente de la doble operación, pese a las reiteradas negativas del segundo de haber conocido la vertiente nicaragüense.

Walsh disculpa en su informe a Reagan -"creo que trataba de servir a su país al aprobar una operación de este tipo" - , pero es implacable con Bush, al que acusa de haber cometido "un acto injustificable" al perdonar, justo un mes antes de dejar la Casa Blanca, al ex secretario de Defensa Caspar Weinberger y a otros altos funcionarios implicados en el escándalo.

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