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Un hombre atraca siete veces el mismo videoclub de Moratalaz

Alberto M. P., de 31 años, esta ba abonado a un videoclub de Moratalaz. Pero sin carné de socio. Él no acudía a alquilar películas, sino a asaltar la caja registradora del local. Sus visitas eran constantes: en el último año atracó siete veces este establecimiento, en el número 8 de la calle Marroquina. El pasado fin de semana fue detenido como presunto autor de estos asaltos y de otros seis en diferentes comercios del barrio. Tiene 10 antecedentes policiales.La primera vez que entró a robar al videoclub fue en la primavera de 1993. Desde entonces, cada mes o mes y medio regresaba a vaciar las arcas. Los vendedores calculan que en cada robo se llevó de 30.000 a 40.000 pesetas.

Uno de los encargados del establecimiento habla del atracador con estoicismo y humor negro. "Siempre llevaba la cara tapada con gafas oscuras, una gorra y el cuello del anorak; entraba, nos enseñaba una pistola y nos pedía el dinero, muy nervioso". "Las últimas veces llegó a apuntamos con el arma", añade.

"Al principio venía al mediodía, después parece que llegó a la conclusión de que a esa hora la recaudación era poca y empezó a aparecer hacia media tarde", explica uno de los responsables de la tienda. "En agosto vino un día y como no pudo llevarse casi nada regresó semana y media después", apostilla.

Gorro de Papá Noel

El último asalto lo perpetró el pasado 20 de diciembre. "Como era Navidad, llevaba la cara cubierta con un gorrito de Papá Noel", explica el comerciante. En aquella ocasión las cosas se pusieron feas.En el establecimiento había, otra persona vestida de Papá Noel para divertir a los niños. Cuando el atracador mostró su arma, el Santa Claus se avalanzó sobre él. Hubo un forcejeo que no llegó a mayores porque el ladrón consiguió huir.

El contumaz atracador fue arrestado la semana pasada, cuando merodeaba alrededor del local con una actitud sospechosa como de volver a robar. Llevaba puestas las prendas habituales de los últimos asaltos, entre ellas un gorto de lana con franjas blancas y rojas. Los agentes le intervinieron también una pistola detonadora cargada con pistones.

El arresto ha tranquilizado a los empleados del local. Pero sólo a medias. "A él no le veremos en un tiempo, pero vendrán otros, porque no es el único que ha entrado a robarnos", comentan escépticos.

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