_
_
_
_

Una muestra recoge tebeos de los años veinte a sesenta

En 250 historietas aparece la evolución de estas publicaciones

Paz Álvarez

Hace 50 años, los niños querían ser como Flash Gordon, y las niñas, la princesa Sissi. Las aventuras de los héroes de El DDT, El Coyote o El Cruzado Negro eran las favoritas de los niños, que no conocían ni a los Masters del universo ni al genio que la factoría Walt Disney ha creado para su Aladino.

Ellas preferían las historias de Sentimental, Mis cuentos o Florita. Ahora, un total de 250 tebeos componen la exposición sobre el Tebeo histórico que se exhibe en el centro comercial Arturo Soria Plaza. En dicha muesta se exhiben los primeros tebeos que aparecieron en España en los años veinte y que alcanzaron su máximo esplendor en los años cincuenta y sesenta.

Los mayores pueden echar la vista atrás y revivir las historieta! con las que crecieron. Los más pequeños, en cambio, pueden conocer a Yumbo, El Jabato, Topolino, Chiquitín, Jaimito, El Corsario sin Rostro. Los héroes de sus padres.

Hasta las aventuras de Don Quijote de la Mancha, que se editaron en tebeo en 1959. "La exposición trata de comparar el tratamiento que se le ha dado al tebeo español durante estos años", explica Javier Conde, organizador de la muestra. "Además, queremos rescatar el tebeo como elemento cultural infantil", añade Conde. Este hombre, de 41 años, comenzó a coleccionar tebeos hace 20 años. Y desde entonces, el tebeo se ha convertido en una obsesión.

Ya de mayor comenzó a rescatar aquellos tebeos que un buen día sus padres le tiraron a la basura. Dedica su tiempo libre a recorrer librerías antiguas, viaja por España y husmea en contenedores de basura hasta encontrar aquellos tebeos de la infancia.

"Esta colección no tiene precio. Para mí es mágica, y trato de devolver a los niños la ilusión por los tebeos", continúa Conde, a quien no le gusta el nombre de comic para denominar este tipo de publicación. "El tebeo tradicional es de toda la vida, pero eso era cuando no había televisión", dice rotundo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

A lo largo de la historia no sólo han variado los precios, también los tamaños. El tebeo más pequeño, Explosión y naufragio, mide 14 centímetros de largo por ocho de ancho. Una pequeña joya que los niños escondían en sus bolsillos. Los precios han variado bastante a lo largo de todos estos años. En 1930, Rin-Tin-Tin costaba 10 céntimos. Por 50 centímos, los niños se entretenían con las aventuras de El mundo de las fieras; 75 centímos costaba un Jeromín en 1935; 1,20 pesetas costaba en 1950 Topolino; a 2,50 pesetas se podía conseguir un Tiovivo en 1956, y a seis pesetas se cotizaba Rompetechos en 1968, uno de los personajes de tebeo más populares entre los niños de aquellos años, que veían en el torpe hombrecito un ídolo.

Tebeo histórico está instalado en la planta baja de Arturo Soria Plaza (Arturo Soria, 126). Hasta el 23 de enero. De nueve de la mañana a once de la noche. Entrada gratuita.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_