Scalfaro quiere que Ciampi siga al frente del Gobierno italiano hasta las elecciones
El presidente de la República italiana, Oscar Luigi Scalfaro, se mostraba ayer dispuesto a rechazar la dimisión que le presentó la víspera el presidente del Gobierno italiano, Carlo Azeglio Ciampi, según noticias que circularon tras las entrevistas que el jefe del Estado mantuvo con los presidentes de las dos cámaras.Esa actitud de Scalfaro no implica ninguna resistencia suya a disolver el Parlamento, cosa que pensaba hacer hoy o mañana, sino, por el contrario, un deseo de que Ciampi goce de todos sus poderes durante el complejo periodo que el país deberá atravesar hasta que, en marzo, los italianos acudan a las urnas.
Las previsiones de calendario político se mantenían tras los encuentros celebrados ayer por Scalfaro con Giovani Sapadolini, presidente del Senado, y Giorgio Napolitano, presidente de la Cámara de Diputados.Se espera que Scalfaro disuelva el Parlamento entre hoy y mañana para que las elecciones se celebren el 27 de marzo. Sobre esa fecha ya han comenzado, sin embargo, a surgir problemas, ya que coincide este año con la Pascua hebrea, una fiesta en la que los fieles de esa religión no pueden realizar actividades mundanas.
Los judíos quieren votar
La comunidad judía italiana es más antigua, influyente y respetada que numerosa. Consta de unas 30.000 personas de las que, sólo una parte cultivan la religión a ultranza. Pero tanto sus portavoces laicos como el rabino jefe de Roma, Elio Toaff, han anunciado que, si la fecha elegida para el voto fuera el 27 de marzo, recurrirían al Tribunal Constitucional por presunta violación del derecho de todos los italianos a votar con independencia de su religión o raza.La fecha de los comicios sigue, pues, en el aire. La disolución inmediata de las cámaras encuentra una resistencia meramente formal entre los partidos de la actual mayoría -democristiano, socialista, liberal y socialdemócrata-. Pero cuenta con el apoyo, de todos los grupos de oposición, comenzando por el Partido Democrático de la Izquierda (PDS), la Liga Norte y el Movimiento Social Italiano (MSI).
Un elemento capaz de inducir tensiones imprevisibles en la situación es la investigación judicial sobre el mal uso de los fondos reservados de los servicios. secretos. La prensa indicaban ayer que Maurizio Broccoletti, el ex dirigente de los servicios que acusa a Scalfaro de haberse lucrado con los fondos en cuestión, ha dado a los jueces el nombre de un senador democristiano que, según Broccoletti, oyó contar al ministro del Interior, Nicola Mancino, cómo las máximas autoridades se habían concertado para ocultar a la Justicia la desaparición de tales fondos. La magistratura de Roma piensa interrogar al senador, que, de momento, ha desmentido los hechos de los que se le supone testigo.
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