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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

A los varones

musulmanes se les circuncida; no por ser varones, sino por ser varones musulmanes. Los varones europeos son aficionados al fútbol; no por ser varones, sino por ser europeos. Y los varones españoles no realizan el servicio militar por ser varones, sino por vivir en un Estado en que perviven unas leyes que secuestran al menos un año de vida a todos los ciudadanos varones. Éstos son ejemplos de convenciones sociales aplicadas a grupos genéricos, no actos determinados por el sexo. El sexo sólo determina per se la fisiología: que una barba crezca, que ruede un ciclo menstrual. ¿Qué les parecería si, en nombre de la igualdad de derechos y obligaciones, el Estado llevara a todas las mujeres al fútbol invocando la obligación social de ayudar al saneamiento. económico de esos importantes pilares de la sociedad: los clubes deportivos?Pues bien: dos mujeres diputadas, de partidos diferentes, han coincidido en considerar un paso hacia la igualdad de sexos un proyecto no más sensato; uno que puede llegar a obligar a todas las mujeres a realizar un paralelo de mili. "¿Así que las mujeres de ahora queréis ser profesoras universitarias, médicas y jueces? ¡Pues si queréis la igualdad, tendréis que empezar por hacer la mili! ¡Ja, ja!". ¡Cuántas veces escuché yo ese chiste en los años setenta! A menudo, por cierto, mientras cumplía el servicio social de la Sección Femenina de Falange. Hoy tengo una hija de 15 años sobre la cual pesa una amenaza similar de secuestro vital. Si alguien arguye que el actual proyecto de prestación social no obligará, como el franquista, a acatar una determinada ideología (a mujeres y a hombres), se lo negaré en redondo: éste es un proyecto ideológico; se basa en la idea política de que el ciudadano siempre estará en' deuda con el Estado, como muy bien denunciaba Maruja Torres en EL PAÍS del 31 de diciembre. Que se atrevan a decimos que las mujeres damos menos a la sociedad de lo que recibimos. Acabará resultando que la secular falta de presencia femenina en la vida pública, su escandalosa ausencia de lugares de poder, habrían sido un privilegio.

Cuando tantas mujeres en nuestro país se pueden considerar afortunadas si realizan doble jornada laboral, en casa y fuera de ella; cuando en nuestro desarrollado mundo una de las especialidades médicas más atrasadas es la ginecología, cuando aún no se ha encontrado remedio a afecciones que la mitad de la sociedad puede llegar a padecer 12 meses al año, es una provocación venimos a pasar esas supuestas cuentas pendientes. Que desaparezca la obsoleta práctica del servicio militar obligatorio, que se cree un ejército profesional, que dejen buscar trabajo a nuestros hijos o novios, y que los políticos -y las políticas- cesen ya de ilustrarnos con estos ejemplos- .

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