El Parlamento apoya con matices la intervención
El gobernador apunta como causa de la crisis el elevado número de créditos de alto riesgo
Los representantes de los partidos parlamentarios de la oposición aceptaron ayer las explicaciones de la intervención de Banesto facilitadas por el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, pero criticaron que la medida se había tomado demasiado tarde. Rojo señaló como principales causas de la crisis el elevado número de créditos con alto riesgo y la decisión de invertir en empresas de escasa rentabilidad.La situación de Banesto, dada su importancia en el sistema financiero español y el endurecimiento de la competencia, "significaba un riesgo para el conjunto del sistema inaceptable para los criterios de supervisión prudencial de un banco central", explicó el ministro de Economía, Pedro Solbes, en la intervención previa a la explicación detallada que hizo el gobernador del Banco de España ante la Comisión de Economía del Congreso.
Luis Ángel Rojo confirmó que las necesidades de fondos para Banesto son de 500.000 millones de pesetas, y que el anterior equipo de gestión pedía "mucha ayuda del Banco de España, un calendario amplio, poco saneamiento y poca capitalización".
El gobernador tuvo que emplearse poco en convencer a los miembros de la oposición sobre la necesidad de la intervención de Banesto. Explicó que siempre hay controversia sobre si la autoridad supervisora actúa pronto o tarde, y si da o no oportunidades suficientes a los equipos de gestión para tratar de encontrar soluciones a los problemas que surjen. Desgranó prolijamente el número de inspecciones y de oportunidades dadas al equipo anterior de Banesto "para cargarse de razón" antes de tomar una decisión drástica. Pero una vez hecho esto, "la autoridad monetaria debe actuar con contundencia y rapidez", terminó de decir para explicar por qué presentó ante el consejo ejecutivo del Banco de España del pasado día 28 la propuesta de suspensión provisional de los órganos de administración de Banesto.
Las cifras proporcionadas por el gobernador fueron contundentes: 500.000 millones de pesetas de necesidades de provisiones, ampliables en la medida en que se pueda conocer de verdad qué es lo que ha pasado en la actividad internacional de la entidad; los 18 meses de inspección continuada, empezando por la revisión de los créditos de mayor importe para descender hasta los superiores a 250 millones de pesetas y a los relativos a todas las operaciones con empresas del grupo; y los problemas detectados en el área de tesorería.
Pero Rojo fue todavía más clarificador al explicar de forma explícita cómo la estrategia desarrollada por Banesto se había apartado de lo que hacían el resto de los bancos españoles: cuando la banca empezaba a reducir sus créditos por el inicio de la crisis económica, Banesto se lanzó a una carrera imparable hacia arriba, lo que generó un crecimiento mucho mayor de la morosidad; al tiempo, los costes para obtener recursos con los que financiar los créditos se encarecieron mucho más de lo que les ocurrió al resto de la banca.
Rojo dijo que la suerte no había acompañado en alguna ocasión al equipo de Banesto: "La audaz operación" de sacar a Bolsa una parte de la Corporación Industrial se frustró por la guerra de Irak, reconoció el gobernador, quien añadió que entonces Banesto recurrió a vender las empresas del grupo, a un precio menor "porque la valoración de las empresas había caído mucho", aunque inmediatamente pasó al contraataque señalando que el producto de esas ventas "lo invirtió, en buena medida, en nuevas operaciones en sectores de alto riesgo y de baja rentabilidad a corto plazo".
El gobernador resumió la situación de Banesto señalando que "el deterioro del margen de explotación se tomó claramente insuficiente para hacer frente al aumento de las necesidades de saneamiento por aumento de la morosidad, insolvencias, deterioro de la cartera de valores y riesgos del propio grupo", lo que le obliga a tratar de "generar beneficios extraordinarios acompañados de otros que son poco más que artificios contables u operaciones intergrupo".
Nuevo marco
Esta situación es, según Rojo, la que obliga a presentar un nuevo marco de saneamiento por parte de Banesto, que resultó claramente insuficiente en cuanto que explicitaba pocos saneamientos, importantes ayudas públicas y escasa capitalización para lo que se necesitaba.
"El supervisor", dijo Rojo, no puede comprometerse con ese programa porque tiene unas posibilidades muy escasas de tener éxito, y si no se tiene éxito, el problema no se para donde está, sino que continúa avanzando y seis meses después puede plantearse una situación verdaderamente catastrófica de desplome total del banco". "Ése sí que es el problema que afecta de verdad de un modo gravísimo a la totalidad del sistema de pagos y del sistema financiero", apostilló.
El Banco de España, dijo el gobernador, pensó en una fusión con otro banco pero "el que se fusionara con él quedaba absolutamente contaminado".
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