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Veteranos, famosos y futbolistas se unieron en una fiesta contra la droga

Mábel Galaz

Los utilleros no daban abasto. El tráfico en el vestuario era intenso. No había camisetas, tampoco botas. La presencia de famosos era tal que las existencias se agotaron pronto. Esperaban a 15 osados aspirantes a futbolistas y fueron casi 50. Ignacio Zoco y Pepe Pirri formaban los seis equipos: rojos contra blancos. "¿Tú de qué juegas?", "Yo de medio escoba o de portero", "Pues con los rojos, pero no de portero, que ya tenemos muchos. ¿Qué pasa aquí, nadie está en condiciones de correr?".Los directivos del Madrid maniobraban en la banda. "No es posible. ¿A quién se le ha ocurrido ponernos a todos en el mismo equipo y a la vez? Como hagamos el ridículo, que es lo más probable, se van a reír de nosotros hasta no parar". Rápidamente, un miembro de la organización realizó las oportunas gestiones. Los dirigentes quedaron dispersados de forma discreta. Arropados por Santillana, Camacho y Gallego, lograron que no se les viera demasiado. "He rozado el balón", proclamaba eufórico uno de los directivos, que en realidad buscó sin fortuna el balón.

En la banda, Antonio Herrero calentaba sin parar. Sudaba tanto y hacia tantas flexiones que alguien le gritó: "Te vas a cansar". Pedro Ruiz, en cambio, se movía entre la multitud dejándose ver. Pero el delirio en la grada se acrecentó cuando salió del túnel Emilio Aragón, que llegaba con un poco de retraso. Al verle, José María Álvarez del Manzano se acercó para compartir los vítores.

Aragón tenía problemas sin sus gafas. "No veo nada", decía. Pronto le fichó Inocencio Arias para su grupo. "Tú que eres joven y corres, con nosotros", le arengó. Chencho, con un toque más propio del Madrid yeyé que del zonal de Floro, se internó por la banda en un intento de desmarque que Emilio Aragón no vio o no quiso ver. "Estoy satisfecho con mi actuación, pero tengo que denunciar que Emilio es un chupón, lo acapara todo". Y mientras, Buyo sonreía viendo las paradas de su vicepresidente Lorenzo Sanz. Lo malo no era tirarse, sino levantarse. Los papeles estaban cambiados. A los habituales del césped les tocaba en ese momento la grada.

Miguel Durán también se vistió de corto. Quería jugar y eligió la suerte más comprometida para un futbolista: la pena máxima. Durán retó a Luis del Olmo. Así que colocó el balón en el punto preciso, midió la distancia y tiró. Del Olmo tuvo que estirarse para detener la pelota. Durán es de los que cree en la magia del Bernabéu. "En estos partidos, hasta los ciegos vemos", suele decir.

Sudorosos todavía por el esfuerzo, los populares se concentraron en el centro del terreno de juego. En ese momento llegó Bertín Osborne, acompañado de su representante. No hubo gritos de histéricas admiradoras, sólo se oyó su protesta. "Es que no hay una camiseta para mí en el Bernabéu". Jaime Morey, el representante, aguantó el chaparrón.

Pero el Bernabéu gritaba más: "¡No a la droga!". Entonces se anunció la llegada de los Reyes. Don Juan Carlos y doña Sofía modificaron su programa para estar en la fiesta contra la droga, como en su día lo hizo el Príncipe de Asturias en Barcelona.

En medio de los aplausos al palco, y cuando todo el mundo tenía la mirada dirigida allí, apareció Schuster. Vestido de rojo esta vez, el alemán saltó al terreno de juego abrazado a un empleado de la casa blanca. Schuster se apuntó a última hora: "Me he enterado que había este partido y quería estar en él para decir ¡no!". Además aprovechó la ocasión para saludar a sus ex compañeros del Madrid, Atlético y Barcelona.

6-1 para el Madrid

Ramón Mendoza desde el palco creía soñar. Schuster, Martín Vázquez, Gordillo... y Butragueño goleando. No podía ser. El Buitre se puso ayer las botas con una doble ilusión: luchar por lo que cree -la rehabilitación de los toxicómanos- y por reencontrarse con su público. Logró ambas cosas: marcó dos de los goles de su equipo -ganó 6-1 a la selección de la Liga, con otros goles de Prosinecki, Alfonso, Dubovski y Milla- y vio cómo el estadio rozó el lleno.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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