"México exige una mentalidad nueva"
Luis Donaldo Colosio, a sus 43 años, parte como favorito en las elecciones presidenciales de 1994, y sus contrincantes lo saben. Nacido en un pueblo de Sonora, uno de los seis Estados de México que hacen frontera con Esta dos Unidos, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) es hombre de carrera política corta pero meteórica. Gran parte de su éxito político se lo debe al actual presidente, Carlos Salinas de Gortari, de quien ha sido un estrecho colaborador durante más de doce años.Colosio se enfrentará a políticos como Cuauhtémoc Cardenas y Diego Fernández de Cevallos, que represen tan a la izquierda y a la derecha mexicanas, respectivamente. A ambos les ha retado a debates por televisión, lo que ya supone una importante novedad en un sistema que hasta ahora prácticamente ha venido ignorando a la oposición.
El candidato del PRI ha prometido mayor democracia para México si gana las elecciones, pero también limpieza y legalidad en el proceso que se avecina.
Pregunta. Se dice que usted es un joven político con ganas de cambiar México, pero dentro del cuerpo de un dinosaurio llamado PRI.
Respuesta. Yo soy un político que pertenece a la generación del cambio que durante los últimos años ha liderado Carlos Salinas. Cuando me refiero a esto no lo hago pensando en gen tes de mi misma edad, sino en todas aquellas personas con las que comparto actitudes, ya sean políticas o de la propia vida. México está cambiando y esto exige una mentalidad nueva.
P. Usted rompe la norma: no es de cuna revolucionaria, creció en un pueblo y pertenece a una familia que tuvo que sudar para darle estudios.
R. Mire, soy heredero de- una cultura del esfuerzo y no del privilegio. Nada me ha sido fácil en la vida. Provengo de Sonora, que es un Estado donde arrancarle algo a la tierra ha sido muy dificil y donde triunfar significa esfuerzo y tesón. Éstas son las enseñanzas que he recibido de mis padres.
P. Pero como político no se puede quejar. Es un hombre con suerte.
R. Lo que ocurre es que la vida me ha dado muchas oportunidades de participar en la vida pública. Eso explica que haya sido diputado, luego seriador, más tarde presidente de mi partido y hasta hace unos días secretario de Estado.
P. Usted se ha definido recientemente como un hombre de lealtades. ¿Qué quiere decir con eso?
R. Que soy un hombre de principios. Por eso considero que en este mundo tan cambiante, de transformaciones y con una sociedad de grandes exigencias, lo que debe permanecer es la lealtad a lo que uno piensa y siente.
P. Tiene usted una etiqueta salinista que le va a costar trabajo deshacerse de ella.
R. México no se inventa cada seis años. Por eso creo que hay que recoger todo lo bueno que deja cada etapa presidencial. Yo he dicho ya que voy a consolidar los cambios y transformaciones iniciados ya en este sexenio por el presidente Carlos Salinas. Sin embargo, quiero llegar más lejos y buscar más progreso y equilibrio. Quiero hacer de México no sólo un punto estratégico en. el concierto mundial, sino también un país democrático que llegue - al final del milenio gozando de amplias libertades.
P. O sea, que, si gana, habrá cambio político.
R. Yo he hecho un compromiso con la transformación democrática de México. Pero también mi compromiso va a dirigido a crear más empleos, a defender nuestra soberanía, a generar más progreso para los que menos tienen y a dotar de un nuevo equilibrio a las relaciones entre los, poderes del país. Ésta sena la agenda de mi Gobierno si gano las elecciones presidenciales.
P. ¿A qué se refiere cuando habla de México como punto estratégico en el mundo?
R. Si llego a la presidencia de la república, una de mis primeras decisiones va a consistir en consolidar las relaciones de México con el mundo desde una perspectiva multirregional. Ya somos miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que entrará en vigor el próximo 1 de enero; tenemos muy avanzadas las negociaciones para repetir esta experiencia con Venezuela y Colombia, y funciona ya un acuerdo de reducción de aranceles con Chile.Todo esto convierte a México en un nudo estratégico a mitad de camino entre Europa y Asia y entre el norte y el sur de América.
P. Y esa estrategia multirregional ¿es compatible con ese principio de sobevanía que ustedes tanto defienden?
R. México es muy celoso en el mantenimiento de su principio de soberanía. De llegar a ser presidente, principios también como la autodeterminación, la no intervención o la igualdad jurídica de los Estados van a presidir mi actuación política. La soberanía no sólo se fortalece defendiéndola hacia el exterior, sino también dotando al propio país de mayores libertades.
P. Cuauhtémoc Cárdenas ha vuelto a la arena electoral. ¿Qué es lo que más teme de él, su carisma o el ruido que hace?
R. Mi campaña va a ser respetuosa no sólo con el contrario, sino con la sociedad misma. Yo creo en la democracia y en la competencia política. En cambio, no creo en quienes invocan a la democracia cuando los resultados les favorecen y que la rechazan cuando aquéllos les son adversos. Mi compromiso es, por tanto, con la legalidad y la democracia.
P. ¿Qué le animó el mismo día del destape a proponerles a sus contrincantes debates televisados?
R. Pienso que la ciudadanía debe estar debidamente informada, y esto es una forma de hacerlo. El debate puede ser un elemento fundamental en la transformación democrática del país. Al estar la ciudadanía más informada, tendrá mayor libertad para decidir entre las diferentes opciones. En mi caso voy a proponer mayor progreso y más democracia, pero sin demagogias ni falsas expectativas. Yo rechazo el populismo y cualquier tipo de ficciones.
P. Usted dijo hace días que no quería ni un voto fuera de la ley. ¿No significa eso reconocer implícitamente que hasta ahora ha habido fraude?
R. Lo que yo no quiero es ninguna sospecha sobre el triunfo que me propongo obtener. Quiero ser presidente de México con el apoyo de la mayoría de los mexicanos. Pertenezco a una nueva generación. Ni el PRI necesita ni yo quiero un voto al margen de la ley. Mi compromiso es con la legalidad. Por tanto, habré de aceptar el resultado del veredicto del pueblo de México dentro del marco de la ley.
P. ¿Y qué aporta usted al proceso electoral para que haya limpieza?
R. He propuesto una auditoría externa al listado de electores, la presencia de observadores internacionales y un recuento de votos que permita resultados la misma noche electoral. También he decidido de forma voluntaria que mi partido informe periódicamente de las finanzas de mi campana.
P. México arrastra 64 años de Gobiernos del PRI, lo que ha provocado un desgaste del modelo y del sistema mexicano. ¿Esto le favorece o le perjudica?
R. Del pasado tenemos enseñanzas valiosas. Pero yo pertenezco a la generación del cambio, que es la que se va a enfrentar a los retos del fin de siglo. México ha cambiado, y su ubicación en el contexto mundial también ha variado. Mi propuesta es nueva y se adapta a los tiempos actuales. No hay que olvidar que de cada diez mexicanos ocho son menores de 35 años. Y ahí va a estar la diferencia.
P. Usted ganó y Manuel Camacho perdió, pese a que ahora es el canciller. Generalmente el sistema mexicano suele mandar a los perdedores a casa.
R. Manuel Camacho es mi amigo. Por eso mismo no me gusta que nadie lo tilde de perdedor. Ambos somos personas que hemos estado juntas y que hemos compartido ideales comunes. Hemos sido constructores de un mismo proyecto y lo mismo que hemos trabajado juntos es muy posible también que sigamos haciéndolo en el futuro.
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