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Los pregoneros animados anuncian las fiestas a cientos de niños

La Bella y la Bestia salieron ayer fuera del cuento para acudir al Ayuntamiento de Madrid. A las ocho de la tarde se asomaron a uno de los balcones de la plaza de la Villa para desear una Navidad muy feliz a los centenares de niños que, atónitos y forrados de abrigos, contemplaban a estos dos personajes de Walt Disney desde la calle.

Cientos de personas llevaban un buen rato esperando su aparición en la plaza de la Villa. Sobresalían gorritos de Papa Noel por todas partes -los padres llevaban a sus hijos encima de los hombros-, había pandillas de dolescentes, parejas de novios, matrimonios mayores, incluso ente que estaba sola. "¡Hola, hola, hola!", dijeron los más peueños en cuanto vieron a la Bella y los más mayores la piropearon. El alcalde, José María Álvarez del Manzano, salió al balcón con ellos y los presentó a todo el mundo.

"Hola amigos, ya es Navidad", empezó diciendo la Bella. Habló de los libros, de la alegría y les explicó a los más pequeños que tienen que ser buenos. Los niños tenían los ojos como platos, no pestañeaban y se les iba la cabeza hacia adelante. Mientras a Bella se dirigía a ellos, la Bestia soltaba algún gruñido.

Como un baile

"Disfrutad de la Navidad como de un gran baile", dijo la Bestia. Su voz y la de su amante sonaban conocidas -eran las de los dos actores que doblaron a estos personajes en la película- "Esforzaos por ser felices y hacer felices a los demás", dijo para terminar. "Si fuera tan fácil como tú dices...", murmuró una joven.Al final, un coro de niños les pidió a gritos que bajaran. "La Bestia está muy cansada del viaje y no puede bajar", se excusó el alcalde. Una niña entonces se empeñaba en subir. "Pero, ¿por qué no, mamá?", protestaba. Muchos de los espectadores hablaban del frío que estarían pasando los dos personajes y cuando la Bella acariciaba la cara de su pareja alguien decía: "Mira cómo le limpia el moquillo".

Al acto también acudieron miembros del colectivo de vendedores de Recoletos. Cuando iba a terminar, extendieron dos pancartas en protesta por las dificultades de los vendedores de artesanía de esa zona.

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