Los jóvenes y el tráfico

El 3 de diciembre leí en EL PAÍS una carta que me ha decidido a escribirle. La carta buscaba culpables del alto número de accidentes de tráfico en el que se ven involucrados jóvenes conductores. Como joven y gran aficionado a los coches, me molesta desde hace tiempo la visión generalizada de que el aumento de prestaciones en los coches modernos es causa de accidentes de tráfico. Ésta es una visión absolutamente parcial. Lo único que el gran público observa. El aumento de la velocidad máxima y aceleraciones en los coches más modernos no es algo negativo, como se quiere dar a entender. Que un coche acelere mejor que otro implica mejor respuesta en caso de necesidad. Es decir, siempre será más seguro adelantar con un coche de 200 caballos que con uno de 40 caballos de potencia. Pero esto no es todo. El aumento de prestaciones de los coches actuales lleva aparejadas unas mejoras en otros aspectos que redundan en una mayor seguridad. Cuanto mejor, más caro y más potente sea un coche, por regla general, siempre será más seguro al abordar las curvas, más silencioso y más cómodo, con consecuencias obvias sobre el bienestar y tranquilidad del conductor y pasajeros. Por tanto, la idea de que un coche potente puesto en manos de un joven pone en peligro su vida es un error. Si el joven es imprudente, conduciendo un coche de 40 caballos correrá los mismos o más riesgos que conduciendo uno de 200 caballos. Si el joven es un buen conductor, sabrá adaptarse al coche que tenga entre manos, y lo conducirá conforme a sus aptitudes y a las posibilidades del coche. Por supuesto , queda el tema de si la publicidad, y la sociedad en general, incitan a los jóvenes a correr. Ése es otro tema, y yo, por mi parte, lo dejo en manos de los sociólogos.-