Leguina y Acosta se lanzan a la carrera por el control de la dirección de la FSM

El presidente regional, Joaquín Leguina,, y el actual secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM), el ahora también renovador Teófilo Serrano, dieron ayer el pistoletazo de salida a la carrera por el control total del PSOE en Madrid con una reunión con sus partidarios en el hotel Eurobuilding. A la misma hora, el sector del partido que encabeza en Madrid el guerrista José Acosta, presidente de la federación, celebró uno de sus secretos encuentros de Campomanes, nombre de la calle donde está la sede del Partido de los Trabajadores, en la que se concentran.

Las dos convocatorias resultaron clarificadoras. En apariencia, tanto Leguina como Acosta están dispuestos a trabajar para llegar con una lista de consenso al Congreso que la FSM celebrará en mayo para renovar sus cargos. Así lo dicen en público sus representantes más cualificados. Sin embargo, se declaran partidarios de medir sus fuerzas en cuantas ocasiones se presenten.

La mejor oportunidad llegará, precisamente, con el Congreso Federal que el PSOE, programado para marzo, y, como consecuencia de esa cita, las elecciones de los delegados por Madrid previstas para finales de enero.

Medir fuerzas

Esa disputa abierta, protagonizada en un bando por Leguina y Serrano y, en el otro, previsiblemente por el ex alcalde Juan Barranco y Francisco Cabaco, secretario de organización de la FSM, servirá para conocer mejor el porcentaje de apoyos que unos y otros mantienen entre las bases.Fuentes acostistas destacaron la importancia de su encuentro de ayer, como preparación estratégica de los próximos meses tras una reciente entrevista entre Acosta y Alfonso Guerra. Los acostistas aseguran, por ejemplo, que presentarán candidatos al 95% de las elecciones que se convocarán a partir del 10 de enero en agrupaciones y asambleas locales del PSOE.

Estas fuentes indican también que la relación de fuerzas en Madrid ha cambiado y que ahora está más equilibrada (60% a favor de Leguina y 40% para Acosta). Los leguinistas asumen la nueva situación y corrigen muy poco estos porcentajes.

Serrano, que hace un mes se colocó en el centro de la diana al presentarse a la reelección para el cargo de secretario general, ofreció ayer indirectamente su retirada como prueba de buena voluntad hacia el camino del consenso. Los acostistas interpretan ese gesto como la superación de un serio obstáculo para el entendimiento.