Razones humanitarias
Con estupor me entero por su periódico del 1 de diciembre que a la familia Ortiz, a orillas del embalse de Pedrezuela, le van a derribar la vivienda y el lugar de trabajo. No pretendo suplantar al abogado de la familia en la defensa de su causa, ni razonar legalmente, pero, si el director general de Urbanismo, como dice su información, es sensible a "razones humanitarias", quisiera que considerase algunas.Primera: Javier fue pionero en dar apoyo e infraestructura a la práctica del windsurf en la Comunidad de Madrid. Segunda: arriesgó su dinero y su vida en montar un negocio de servicios a los madrileños cuando nadie más lo hizo en la zona. Tercera: fomentó la práctica deportiva con cursos y facilitando material a los no iniciados. Cuarta: como consecuencia de su actividad, en el periodo citado, cerca de trescientos aficionados compraron material en tiendas de la comunidad -estoy hablando de 30 millones de pesetas de 1993- Quinta: dada la proximidad del pueblo de Guadalix de la Sierra, los practicantes eran fuente adicional de consumo para la localidad. Sexta: en el mismo embalse, "dentro de los terrenos del Canal", existen otras instalaciones náuticas "legales" que dan servicio a un número sensiblemente menor de personas. Séptima: me consta, porque he sido testigo ocular, que el señor Ortiz ha salvado la vida a varios madrileños que sufrieron percances en el embalse.Resumiendo, lo que la justicia con sus excavadoras va a demoler el próximo mes de febrero es iniciativa, trabajo y servicio a la comunidad.- .
