El nuevo Gobierno chileno tendrá que pactar con la derecha
La arrolladora victoria del candidato presidencial de la Concertación para la Democracia, el senador democristiano de 51 años Eduardo Frei, con más de un 58% de votos, no ha tenido equivalencia en escaños parlamentarios. La culpa la tiene el complejo e injusto sistema de representación binominal, establecido por la Constitución vigente y concebido por el dictador Augusto Pinochet.En la futura Cámara de Diputados, la Concertación contará con 70 representantes y la derecha con 50. En el Senado, frente a los 21 senadores de la Concertación, la derecha dispondrá de 17, más los ocho designados por el pinochetismo, que conservarán su mandato hasta 1997. Esta correlación de fuerzas resulta para la Concertación incluso peor que la anterior a la elección del pasado domingo. El nuevo Gobierno se verá obligado a pactar con la derecha las reformas de leyes que exigen una mayoría cualificada.
Al mismo tiempo, la votación parlamentaria dentro de la Concertación ha dado un mayor peso al Partido Socialista (PS) y sobre todo al Partido por la Democracia (PPD) a costa de la Democracia Cristiana (DC) y del Partido Radical (PR), que casi ha desaparecido del mapa político chileno. Los socialistas esperan que esto se traduzca en una mayor representación en el futuro Gabinete de Frei.
En Chile ha empezado la carrera por los puestos y ya circulan las primeras quinielas sobre la composición del Gobierno que tomará posesión dentro de tres meses, el próximo 11 de marzo. Frei ha conseguido un 3% de votación más que la Concertación y esa diferencia le permite un cierto margen de maniobra para situarse por encima de los partidos a la hora de buscar su equipo.
No obstante, el presidente electo tendrá que enfrentarse a las mayores exigencias de los socialistas, que han sido la fuerza política ganadora dentro de la Concertación.
