Renfe no investiga la caída de una cúpula por la ausencia de víctimas

Las explicaciones facilitadas por Renfe sobre el desplome de una cúpula metálica en la estación de Atocha el pasado domingo reducen el hecho a un simple "accidente doméstico", según declaró ayer un portavoz de la compañía. De hecho, no se va a abrir ninguna investigación sobre las causas del suceso, porque, en opinión de los responsables de las obras, la caída de la estructura metálica no provocó "problemas graves".

En el siniestro resultaron heridos leves dos trabajadores cuando izaban la cúpula con una grúa (véase El País Madrid de ayer). Los operarios se percataron de que la grúa estaba cediendo por el peso del armazón y tuvieron el tiempo justo para retirarse. Fue al precipitarse hacia atrás cuando los obreros se lesionaron.La cúpula metálica, de cuatro metros de diámetro, pesaba 600 kilos. Iba a ser colocada como ornamento para la terraza de un restaurante. El establecimiento se construye sobre el techo del centro comercial que Renfe abrirá bajo la histórica marquesina de la estación de Atocha, restaurada en 1992 para dar cabida al AVE y en la que se instaló un invernadero.

La caída de la cúpula desde una altura de tres metros se debió a un fallo mecánico, al ceder la pluma de la grúa, según explicó el portavoz oficial de Renfe.

El gran estruendo que provocó la caída alarmó a los numerosos visitantes que paseaban el domingo al mediodía por los alrededores del invernadero tropical de la estación, colindante con el lugar del suceso.

Ayer, la cúpula continuaba tumbada sobre el techo del futuro centro comercial, mientras que los restos de la grúa habían sido retirados. Unos operarios colocaban alrededor de la cúpula una mampara de separación. Las obras continuarán tan pronto como la empresa constructora reponga la grúa siniestrada.