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La Unión Europea lanza durísimos reproches a EE UU en las horas finales de la Ronda Uruguay

Lluís Bassets

LLUÍS BASSETS La Comisión Europea presentó ayer al Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) un balance de las negociaciones de la Ronda Uruguay que desmiente rotundamente el progreso significativo anunciado por el director general Peter Sutherland y zarandea a EE UU por sus enormes exigencias y sus tímidas ofertas. El portavoz del negociador, el comisario europeo Leon Brittan, advirtió contra el "optimismo prematuro" y aseguró que la negociación y la tensión siguen. El informe final considera, sin embargo, que la UE ha conseguido los principales objetivos fijados al empezar la negociación. El ministro español de Exteriores, Javier Solana, aseguró que pronto habrá fumata blanca y que el acuerdo será bueno para España.

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Los europeos reprochan a los norteamericanos su resistencia a bajar los picos tarifarios de textiles y vestidos, que lleva a "un auténtico desastre para la Comunidad", y su actitud negativa en servicios financieros y transportes marítimos. A propósito de los audiovisuales, el documento de la Comisión asegura que la Comunidad estima que no debe recibir lecciones de liberalismo por parte de nadie". Solana considera, sin embargo, que Washington se halla a punto de aceptar todas las exigencias de la UE sin plazos temporales, de forma que quedará garantizada la excepción cultural propugnada por los ministros de Cultura y apoyada por la cumbre de la UE del pasado sábado.Movimiento táctico

La dureza del documento tiene algunas explicaciones tácticas propias del momento final de la negociación, y otras retóricas, pensadas posiblemente para los países europeos que deben vender el acuerdo final a sus opiniones públicas o, en algún caso, incluso a su Parlamento, como es el caso de Francia. Junto a las agrias expresiones dirigidas a Washington, el documento de Brittan asegura que "globalmente hablando es un resultado que es bueno para la Comunidad", por lo que contribuirá "al relanzamiento de la economía mundial y por ello al aligeramiento de los costes sociales de la recesión".

En el punto en que ha llegado la negociación, la UE da por perdida la batalla del transporte marítimo, que interesaba especialmente a Grecia, y considera excesivamente duro el precio que hay que pagar por la negativa norteamericana a rebajar sus tarifas textiles. Portugal, el principal perjudicado, obtuvo numerosas expresiones de solidaridad en el consejo, y no se excluía que a última hora se consiguiera mejorar su situación. Algo similar sucedía con servicios financieros. Y quedaba todavía abierta la negociación sobre construcción aeronaútica. Todo ello lleva a la Comisión a considerar que algunos flecos deberán ser objeto de ulteriores negociaciones después del 15 de diciembre.

Aunque la Comisión realiza un balance todavía más positivo en la perspectiva del medio y largo plazo, pues se mejora, refuerza y extiende el sistema multilateral de comercio, Washington no acepta todavía la OMC (Organización multilateral de Comercio). A pesar de ello, Brittan -que a última hora de ayer se trasladó a Ginebra para seguir las negociaciones con el representante estadounidense, Mickey Kantor- considera que "los grandes objetivos que han guiado la acción de la Comunidad durante los siete años de negociación han sido alcanzados de una forma globalmente satisfactoria".

El documento termina haciendo "un llamamiento al esfuerzo", asegura que "ciertos costes son exorbitantes" y dice que Ias últimas horas de esta negociación gigantesca deberían permitir equilibrar este primer balance". Esto significa, sencillamente, que las espadas están en alto todavía y que la UE espera arrancar algunas concesiones más.

El balance de Brittan valora positivamente la contribución realizada por los países en vías de desarrollo. Corea del Sur, por ejemplo, recorta en más del 40% sus derechos de aduana. Su tarifa para los productos de la UE será de un 10% de promedio a partir de ahora.

El recorte de aranceles es menor en los países industrializados. Estados Unidos reduce la carga tarifaria sobre productos europeos a casi la mitad. Japón aplicará la tarifa aduanera "más baja del mundo" y reducciones del 60% a ciertas crestas tarifarías, en cuero y calzado por ejemplo. Canadá aplicará reducciones del orden del 50%, y Australia y Nueva Zelanda del 40%. "Es un resultado muy interesante que sólo echa a perder la resistencia de las crestas tarifarias mantenidas por Estados Unidos para los productos del textil y sobre todo del vestido", añade.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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