La oposición catalana se rebela contra la política de subvenciones ideológicas
La decisión del Departamento de Bienestar Social de la Generalitat catalana, cuyo titular es Antoni Comas, de condicionar las subvenciones a las organizaciones vecinales a que éstas difundan la doctrina nacionalista, ha indignado a la oposición. Expresiones como "inconstitucionalidad", "clientelismo", "intoxicación ideológica" y "dirigismo cultural", han aparecido en la discusión. El objetivo de Comas es que las organizaciones vecinales contribuyan a la difusión de la doctrina catalanista y dejen de ser vivero crítico y reivindicativo. A cambio les garantiza subvenciones millonarias.
Comas presentó anteayer el nuevo criterio que regirá la concesión de subvenciones: "Elevar el sentido cívico" en los barrios, potenciando el sentimiento de identificación con Cataluña. Con ello se pretende, explicó, estimular los sentimientos "nacionales" partiendo del reconocimiento de los derechos nacionales del pueblo de acogida y profundizando en los rasgos culturales.Se trata, en definitiva, de inocular la doctrina de Convergéncia entre los sectores vecinales con fuerte presencia de población procedente del resto de España y de núcleos tradicionales de la izquierda. Comas concederá las subvenciones directamente a las asociaciones vecinales, sin pasar por los municipios.
El alcalde de Gerona y presidente de la Federación de Municipios de Cataluña (FMC), el socialista Joaquim Nadal, afirmó ayer: "La pretensión de Comas de construir una política barrio a barrio, saltándose la instancia municipal, es antiestatutaria y anticonstitucional. Rompe el sentido territorial de las administraciones y el pacto mínimo que supone el Estatuto de Autonomía". "Si además le añade el adoctrinamiento", añadió, "entramos en una fase de discrepancia radical con la federación y con los esquemas de quienes entienden el catalanismo de forma abierta y plural".
Nadal calificó el programa de Comas de "intoxicación ideológica" y de "incívico". "Soy partidario de la educación cívica, pero la educación cívica no es educación nacional".
El alcalde de Barcelona, el socialista Pasqual Maragall, reaccionó inicialmente con cierta prudencia ante la iniciativa de Antoni Comas, que dijo desconocer en detalle. "Si es tal como se explica, me parece negativo", contestó en un primer momento a preguntas de los periodistas. Luego fue más allá y afirmó: "Así no vamos bien. Este tipo de prácticas, que ligan ideología y dinero, se han de ir acabando. Esto es lo que desprestigia la política".
La teniente de alcalde de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, Eulàlia Vintró, de Iniciativa per Catalunya, calificó de "error político de primera magnitud y de falta de sensibilidad" el programa. "Me preocupa profundamente que en un momento en que los indicadores de atención social constatan los. déficit de cobertura existentes en servicios básicos se aumenten las ayudas para actividades de ocio y culturales con criterios de dirigismo cultural que dicen poco de la voluntad integradora".
El portavoz del PP, Josep Curto, respondió humorísticamente sobre el programa de Comas: "En lugar de 1.000 millones, nosotros proponemos 3.000 para los barrios, porque son los mejores del mundo y los más catalanes".
Las tres principales organizaciones que agrupan al movimiento vecinal conocían desde hace 10 días la propuesta. La acogida de estas entidades fue buena, ya que la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) y la Federación de Asociaciones de Vecinos y Bienestar de Cataluña (FAVIBC) valoran que se fomente el sentido cívico y el sentimiento de catalanidad entre los habitantes de los barrios, buena parte de los cuales proceden del resto de España. Estas federaciones son las directamente favorecidas por las subvenciones de Comas. Algunas de ellas han percibido este año 49 millones de pesetas por conceptos diversos.
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