El déficit comercial puede frenar la recuperacion, según el Banco de España

El Banco de España cree que el déficit comercial volverá a estrangular la recuperación económica en tres o cuatro años si la reactivación no va acompañada de medidas que mejoren la competitividad de las empresas españolas frente a sus competidores.Este es el sombrío panorama que recoge un informe realizado por expertos del banco emisor. En este informe se advierte que ni siquiera el mantenimiento de la competitividad actual garantiza un desarrollo sostenido de la economía.

Ello es debido a que la recuperación se traduciría en un crecimiento de las importaciones superior al soportable a medio plazo. El informe titulado "El saldo comercial no energético Español" señala que si la economía española vuelve a perder competitividad al ritmo registrado entre 1985, año de la integración en la Comunidad Europea, y el año 1992, las tres devaluaciones de la peseta no habrán servido para nada y el déficit comercial no energético volverá a representar en 1996 un 7% del PIB.

El aspecto más preocupante de las simulaciones estadísticas efectuadas por los expertos es que muestra que el deterioro de la balanza comercial está asegurado incluso si la competitividad se mantiene en los niveles actuales. Solo una mejora de la competitividad haría posible el crecimiento económico y la reducción del déficit a unos niveles que no supongan una amenaza que estrangule a media plazo la recuperación económica.

Según el Banco de España, en el trienio 1994-1996 es preciso un aumento anual del 2% en la competitividad exterior para compensar los efectos negativos que tiene la recuperación económica interna sobre el saldo comercial corrigiéndose ésta hasta alcanzar en 1996 un valor cercano al -1,4% del Producto Interior Bruto (PIB) en términos reales.

Por otra parte, los datos de la Central de Balances del. banco emisor señalan que los recursos generados por las pequeñas y medianas empresas disminuyeron en 1992 mientras aumentaban los de las grandes empresas. Mientras las grandes empresas aumentaron sus recursos en un 8,1% (las públicas un 14% y las privadas un 2,7%) las medianas empresas lo disminuían en un 4,1 %% y las pequeñas llevaban ese retroceso hasta el 8,5%. Las pequeñas y las medianas empeoraron la tendencia de 1991.