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Pánico en Viena por la oleada de cartas bomba de corte xenófobo

El pánico cunde en Viena. Ayer estalló una nueva carta bomba que dejó gravemente herida a una secretaria, la cuarta víctima de una serie de 10 atentados con explosivos por correo, perpetrados supuestamente por neonazis xenófobos. La misiva fue enviada a una oficina de abogados en pleno centro de Viena. Los actos terroristas comenzaron el viernes pasado, cuando una periodista y un sacerdote católico sufrieron graves heridas al estallarles una bomba. Hasta ahora, el herido más grave es el alcalde, el socialdemócrata Helmut Zilk, que perdió parte de su mano izquierda el domingo por la noche al abrir un sobre dirigido a él.

El miedo y el desconcierto se han adueñado de la población. Durante todo el día de ayer sonaron en Viena las sirenas de automóviles policiales que acudían por avisos falsos y que lograron desactivar tres bombas. Zilk, el político más popular de Austria, ha fomentado programas de integración para extranjeros, muchas veces en contra de la línea de su propio partido, y es conocido por su apoyo a la comunidad judía de Austria.Las tres bombas desactivadas por la policía iban destinadas a tres defensoras de minorías étnicas: Johanna Dohnal, ministra para Asuntos de la Mujer; Madeleine Petrovic, jefa del Partido Verde, y Teresa Stoisits, portavoz para minorías de ese mismo grupo político. Todos los envíos han sido destinados a personas que trabajan con extranjeros, que se han manifestado en contra de la restrictiva ley de inmigración austríaca o que auspician programas de integración multicultural.

Mientras la policía se dedicaba ayer a advertir a la población de que no abriera correspondencia de "apariencia sospechosa", en boletines periódicos por radio y televisión se pedía ayuda a los austríacos para encontrar a los autores de los atentados. Además, se ofreció una recompensa equivalente a dos millones de pesetas a quien revelara pistas que ayudaran a la captura de éstos. Un grupo especial de la unidad antiterrorista del Ministerio del Interior ha sido destinado a buscar a los responsables entre grupos de extrema derecha, tanto en Viena como en provincias.

Austria se había salvado de la violencia neonazi que afecta a su vecina Alemania desde la reunificación, hace más de tres años. Hasta ahora, en la república alpina los neonazis se dedicaban sólo a la propaganda y a la agitación verbal.

Las cartas bomba han sido construidas por "locos con un alto nivel de inteligencia", dijo el ministro del Interior, Franz Löschnak, que hasta el momento había minimizado el potencial de violencia de los extremistas de derecha de Austria.

El año pasado fueron encarcelados al menos una docena de neonazis locales, después de que se dictara una ley más efectiva para condenarlos. Gottfried Küssel, jefe de los neonazis en Austria y Alemania, fue sentenciado a 10 años de prisión.

Según expertos del Archivo de la Resistencia Austriaca, las pruebas indican que los autores son extremistas de derecha: en todos los sobres explosivos enviados se lee la consigna "¡Nos defendemos, conde Rüdiger Starhemberg!", en referencia al comandante que defendió durante dos meses Viena del sitio de los turcos en 1683, y héroe póstumo de los neonazis.

Por su parte, en las últimas ediciones de la publicación de extrema derecha Halt, impresa en Barcelona con ayuda de la organización ultraderechista CEDADE (Círculo Español de Amigos de Europa) y distribuida desde allí a Austria y Alemania, hay artículos sobre Starhemberg y ataques al alcalde de Viena por ser "amistoso" con extranjeros y refugiados.

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