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Aplazado el juicio por el atentado racista contra tres turcas en Mölln

El tribunal que juzga a los dos sospechosos del atentado racista que costó la vida a tres mujeres turcas, hace un año, en la localidad alemana de Mölln, se vio sorprendido ayer por un rocambolesco incidente que le obligó a aplazar el fallo que debía pronunciar. La defensa de los dos inculpados, Lars Christiansen, de 20 años; y Michael Peters, de 26; presentó un nuevo testigo, Heiko Meinke, que el pasado sábado se atribuyó ante la policía la autoría del atentado. Pero, sorprendentemente, una vez ante el tribunal, Meinke lo negó todo alegando que no recordaba nada de lo sucedido."Nunca he estado en Mölln", dijo mascando chicle este mecánico de 25 años, procedente de Sajonia-Anhalt, que no se considera de derechas y que fue detenido por la policía el pasado sábado por la noche en la ciudad de Brandeburgo después de una persecución en la que rompió varias barreras policiales con un coche deportivo. Ya en comisaría, y tras haber dado positivo en la prueba de alcoholemia, Meinke confesó a los policías que iba a dispararles y que había participado en el crimen de Mölln. Ayer, ante el juez, relató como se había tomado de 10 a 15 aguardientes dobles antes de sentarse en el deportivo de su novia, acompañado de otra mujer.

Para la defensa no está claro si Meinke fantaseó borracho o si dijo la verdad. La testigo principal es una niña de ocho años.

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