Aquella marcha a pleno sol
La familia de un joven que tuvo un colapso en la 'mili' lucha por aclarar el incidente
Sergio Alonso cumplió 19 años en septiembre en la UCI de un hospital. Estaba en coma y al borde de la muerte por un golpe de calor que sufrió en una marcha el 28 de julio, cuando hacía la mili en el acuartelamiento Alfonso I, en Huesca. Cinco meses después, ve el mundo desde una silla de ruedas en su casa de Barcelona. Sus graves lesiones funcionales y cerebrales le obligan a aprender de nuevo a comer o a sonarse la nariz. La madre de Sergio denunció el caso y ya han declarado ante el juez los mandos responsables de la marcha y varios soldados.A Sergio le correspondían 10 días permiso. Tenía un esguince en un tobillo y estaba rebajado de servicio. Pero el temor a quedarse sin permiso le hizo salir de marcha: 30 kilómetros por la sierra de Guara, a pleno sol. Se quedó rezagado. Algunos de sus compañeros contaron que uno de los responsables de la marcha -un teniente, un alférez y tres sargentos- respondió a sus quejas vaciándole la cantimplora. Se cayó. El diagnóstico en el hospital San Jorge en Huesca, fue claro: golpe de calor. Estaba en coma y había un 70% de posibilidades de morir. Tenía un bloqueo total de su organismo y un edema cerebral.
Su familia se queja de que los mandos de su hijo les engañaron. "Durante un tiempo no supimos nada más que lo que nos decía un teniente y otros mandos: que Sergio había sufrido un golpe de calor", cuenta su madre. "Luego supimos por otros compañeros de la marcha que Sergio se había quejado muchas veces y que no le hicieron caso", añade. Entonces acudieron a los tribunales.
Sergio no recuerda nada de lo que le ocurrió. Toma antidepresivos y necesita ayuda psiquiátrica. Su madre dice que es imposible que vuelva a la normalidad. Lo que no se ha alterado es su afición a sus pájaros enjaulados.
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