_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Rutas

Nos predicen un descenso de la natalIdad tal que, dentro de nada, España será un país de viejos. Y antes, como se salga con la suya la ruta del bakalao. Van los chicos (y los que son menos chicos, porque también hacen el idiota yuppies de 25 y 30 años) de Madrid a Valencia a desempedrar. Igual que nosotros en mis tiempos. Cogíamos el 600 y nos íbamos para allá a hacer las cuestas de Contreras con el agua hirviendo. Como los del bakalao, nos parábamos a tomar un cafetito, echar un pitillito y escuchar unas canciones de Antonio Molina. Y luego, hale, zumbando otra vez a 80 por hora.Los de ahora hacen la misma ruta y vuelta sublimando la idea del cafetito -alcohol hasta las cejas-, pitillito -éxtasis- y música -un delicado sonido que imita los latidos del corazón, sólo que a 2.000 decibelios-. Mis idioteces, las de mis congéneres, tenían que ver con la vida. Las de los del bakalao, sólo con la muerte. Eran más sanas no porque fueran más puras, sino porque generalmente no arriesgaba uno matarse. Y éstos de ahora, perdido el Norte, se van hacia el Este a jugar a la ruleta rusa.

Todo esto tiene poco que ver con la pérdida de valores y el paro. Los parados no hacen la ruta del bakalao; no se la pueden permitir. Tiene que ver con la indiferencia. Ellos no piensan en lo imbécil que es matarse; no tienen aún la perspectiva suficiente. Sólo les divierte vivir en el borde para sacar del riesgo lo que son incapaces de obtener riendo sin necesidad de estímulos.

De todos modos, cada generación tiene lo suyo. A la mía le encantaba bañarse con Anita Ekberg en las fuentes de Roma (con un poco de suerte). Otros vinieron más tarde que apostaban a que conducirían en dirección contraria. Ahora, el bakalao. Mañana será la route du poisson, de Madrid a París y vuelta. A todo hay quien nos supere.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_