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El alcalde dice que la oposición vecinal le impide abrir un albergue de mendigos

Antonio Jiménez Barca

El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, declaró ayer que no abre un albergue para indigentes que el Ayuntamiento tiene preparado en la calle de Vara del Rey (distrito de Arganzuela) por la oposición vecinal. Unos 600 vecinos y comerciantes del distrito Centro llenaron hasta la bandera un cine para quejarse de los problemas de su barrio: no les gusta la delincuencia, ni la prostitución, ni la suciedad, ni los vendedores ambulantes. Cuando se fue el alcalde, varios vecinos le hicieron una invitación: "Paséese solo por el barrio; a mí me atracan por la noche", le dijo una joven. "A mi hija también", respondió el alcalde.

"Yo no quiero que pase aquí lo que ha sucedido en París, donde hay gente que ha muerto de frío por no tener un techo", dijo ayer el alcalde ante la asamblea convocada por la Plataforma de Asociaciones de Vecinos y Comerciantes de Distrito Centro. Pero, según manifestó, los vecinos se lo están poniendo difícil.Tanto el Ayuntamiento como la empresa del Metro decidieron el pasado 23 de noviembre que este año la estación de Tirso de Molina no sirviera como refugio nocturno para los que no tienen casa como ha sucedido en invierno desde 1988. Ayer el alcalde aseguró que si la oposición de los vecinos ante los albergues prosigue "se tendrá que abrir de nuevo la estación de Tirso de Molina por la noche". A esta reunión, celebrada en el cine Imperial, asistió el anterior concejal de Centro, Ángel Matanzo, quien, subió al estrado aclamado por muchos de los asistentes cuando su nombre salió a relucir.

Matanzo explicó que se está realizando una auditoría sobre su etapa al frente de la Junta de Centro. Al término de la reunión, Matanzo anunció, en referencia a esa auditoría, que "van a salir cosas" a la luz.

"A mis espaldas se firmaron papeles y se hicieron cosas. Todos los 7 Eleven y sex shops que yo cerré porque no tenían licencia se abrieron a las 48 horas. Había intereses creados. Lo del Alfil fue una encerrona", manifestó el edil Matanzo.

En la reunión, que duró dos horas, los asistentes leyeron un manifiesto suscrito por la plataforma, integrada por 10 asociaciones: su barrio está aquejado por la prostitución, la droga, suciedad, delincuencia, venta ambulante e inmigración. El alcalde replicó: "En Madrid hay 100.000 inmigrantes; de ellos, 60.000 no tienen techo". Alguien gritó: ,,¡Ilegales!". "Y el problema está en las fronteras", prosiguió Álvarez del Manzano, "hay que acogerlos una vez que están aquí". El regidor de la Villa comentó que en algunas ocasiones los propios comerciantes establecidos en la zona venden productos perecederos a punto de caducar a los ambulantes.

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"Piden para drogarse"

Algunos vecinos se mostraron radicalmente contrarios a la presencia de extranjeros, indigentes y toxicómanos en las calles del Madrid más castizo. Un joven residente en la zona de Tirso de Molina que representaba a una asociación de vecinos de su barrio le comunicó al alcalde su descontento por la presencia de la mendicidad: "En mi barrio vivimos una auténtica invasión. Piden, bien sin nada o bien con una flauta. Pero yo creo que todos piden para droga. Hay que echarlos", dijo el vecino.

"Yo no puedo ir más allá de las leyes y la Constitución en cuanto a la droga. El problema es que hay que cambiar esas leyes", dijo Álvarez del Manzano. El alcalde habló de la oposición de los ciudadanos a la hora de ubicar centros de rehabilitación de drogadictos. "A veces hay que montarlos casi en secreto", dijo el regidor.

Cuando llegó el capítulo de la delincuencia, adelantó a los vecinos que desde hace poco tiempo existen policías nacionales y municipales de paisano que, bajo mando único, vigilan algunas líneas de autobús especialmente conflictivas en la Puerta del Sol y en barrios periféricos de Madrid. "Esto es un ejemplo de la mayor colaboración con la Delegación del Gobierno aseguró el alcalde.

El alcalde estuvo dos largas horas respondiendo preguntas en tono didáctico. Explicó a los asistentes que el Plan de Rehabilitación del Casco Antiguo, que el Ayuntamiento acometerá mediante la firma de un convenio con el Gobierno de la Comunidad, "eliminará dosis importantes de marginación social".

Y volvió el asunto de la escasa limpieza, según los congregados, del Centro: "Al Ayuntamiento se le puede acusar de no limpiar o de hacerlo mal, pero no se le puede culpar de ensuciar", argumentó frente a las protestas por la suciedad.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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