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25.000 personas visitan las exposiciones en fin de semana

Colas de 40 minutos para ver a Goya y Romero de Torres

Paz Álvarez

"Son los domingueros de los museos" afirmaba ayer uno de los vigilantes de la exposición Viena 1900, en el Centro de Arte Reina Sofía, que comparaba las salas de exposiciones los fines de semana con un "mercadillo". "No se enteran de nada. Hay un ajetreo de mil demonios, unos chillando, y con los niños sueltos por ahí", añade. Alrededor de 25.000 personas, tanto de Madrid como del resto de España, aprovechan el sábado o el domingo para visitar exposiciones de arte.

Las exposiciones 7 pintores de la escuela de París y Julio Romero de Torres fueron las muestras más frecuentadas por madrileños y visitantes durante el pasado fin de semana. En la primera de ellas, que se clausura hoy, no hay que esperar cola para entrar. En la segunda hay que aguantar de pie entre 10 y 40 minutos para ver los cuadros del pintor cordobés.

El público que aguarda a la entrada de las salas del Museo del Prado que exponen una colección de cuadros, bocetos y miniaturas de Goya espera al menos de 20 a 40 minutos.

El récord

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Pero el récord lo ostentan los que quisieron contemplar el domingo pasado en el Museo de Ciencias Naturales la exposición 600 millones de años de viaje submarino. Hasta una hora tuvo que esperar el público que acude a ver esta exposición, que exhibe, a escala real, reproducciones de animales acuáticos.

Muchos de los domingueros culturales vienen de fuera de Madrid. Su horario es bastante repetido viaje tras viaje: mañanas, museos. Por las tardes, teatros o cines. De Sevilla han venido, por ejemplo, Maximiliano Toranzo, de 26 años, y su esposa, María Ángeles Moya, que esperan en la cola del Museo del Prado para ver la exposición de Goya. Son ya las dos de la tarde y no hay mucha gente. Los dos sevillanos llevan poco tiempo esperando, 10 minutos, y ya se disponen a entrar.

El guardia jurado que organiza el flujo y reflujo de la cola explica: "Hoy hace frío; así que les hacemos pasar rápido". Pero una vez dentro, los visitantes se integraban en una fila india que discurría lentamente entre los cuadros.

Aunque el fin de semana pasado los organizadores de la exposición 7 pintores de la escuela de París contaron más de 5.000 visitas, ayer, a las once de la mañana, Cristina Álvarez, azafata de la sala, sólo había apuntado 50 personas. "Los fines de semana viene mucha gente, porque a los de la ciudad se les suman los de fuera de Madrid".

"Los días de diario acostumbran a pasarse los colegios, los grupos de mujeres y las personas de la tercera edad". Y son precisamente mujeres las que mayoritariamente visitan la exposición de Romero de Torres. El pintor les devuelve con creces el cumplido: los 70 cuadros que se exhiben en la sala Mapfre están llenos de señoras. "¡Ojalá me hubiera pin'tado a mí así!", reza una de las dedicatorias femeninas que figuran en el libro de visitas de la muestra.

En casi todas las exposiciones, las horas punta son entre las once de la mañana y las dos de la tarde. Sin embargo, a las diez de la mañana no suele haber colas en ninguna sala. Por lo general, el dominguero del arte no madruga. Tampoco acude mucha gente por la tarde, aunque, para asegurarse y ver una exposición sin agobios, la mejor hora para acudir es antes de las 17.30.

Algo de agobio, sin esperas, sí se respiraba ayer en la exposición Viena 1900, en donde un retrato de la emperatriz austriaca Isabel, la auténtica Sissi, causaba sensación entre los visitantes. "¡Pero si es igual a la de la película"!, exclamaba una señora al entrar.

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Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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