Aranjuez, más paro que fresas
(36.000 habitantes) tiene la terrible etiqueta de ser el municipio con mayortasa de paro de la región, el 27%. Supera incluso al Corredor del Henares, donde el desempleo también golpea con crudeza. Una industria que agoniza, una huerta tradicional empequeñecida y el efecto frontera de la limítrofe Castilla-La Mancha, donde se ofrecen mayores incentivos autonómicos a la inversión, abonan una crisis que ni el turismo es capaz de paliar. Mucho paro y pocas fresas.Los datos manejados por los sindicatos desde hace más de un año apuntaban a la pérdida de 1.000 empleos en 1993, lo que tristemente se ha confirmado ante la sorpresa de un municipio que ve incrédulo cómo el paro aumenta sin cesar. Todas las grandes empresas que han sido el soporte histórico de la economía local están en crisis, con expedientes de regulación de plantilla -caso de Inisel o Agfa-, o incluso con la amenaza de cierre total, como Fyse o Frehauf.
La oficina del Inem está llena todos los días. Sólo en octubre se perdieron 256 empleos, más que en todo 1991. El número total de parados es de 2.318, de los que 1.200 lo han sido en el último año. Los sindicatos insisten en que aún no ha arreciado el mal tiempo y en que antes de fin de año pueden perderse 300 empleos más.
En esta ciudad se han dado, además de la crisis general, una serie de factores específicos que han agudizado el problema.
Grandes factorías
El tejido industrial de Aranjuez, procedente de los años sesenta, y que ha supuesto la base de toda la economía local, ha estado centrado en grandes factorías, multinacionales que ahora prefieren países con mano de obra más barata. La pequeña y mediana empresa ha tenido poca fuerza y el crecimiento demográfico, a diferencia de otros pueblos de la región, ha sido mínimo.
El asentamiento para la nueva industria ha encontrado aquí graves impedimentos: los incentivos dados al otro lado de la frontera regional con Castilla-La Mancha; la gran protección al medio ambiente en la zona y la ineficaz labor de los responsables políticos (PSOE), que llevan más de cuatro años de retraso para aprobar el nuevo plan de ordenación urbana, que permitiría sacar suelo Industrial al mercado. A la recesión industrial habría que añadir su influencia en el sector servicios. Según fuentes sindicales, por cada empleo perdido en la industria se pierde otro en el sector terciario. El turismo en Aranjuez es realmente importante cuantitativamente, pero su repercusión económica no parece similar. Los visitantes apenas hacen gasto.
La agricultura ha perdido fuerza en los últimos años. Al tradicional abandono del campo por los jóvenes hay que sumar la transformación en maizales de la que fuera famosa huerta. Actualmente, la rentabilidad del producto es mucho menor, y resulta casi imposible recuperar las plantaciones de frutales antes. arrasadas. Los pocos productos hortofrutícolas que se cultivan son de calidad excepcional, pero su escasa producción les impide tener denominación de origen y disfrutar de los beneficios que implica.
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