"Es falso que la liberalización vaya a empobrecer a los ricos"
El primer piso de la sede ginebrina del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), situado en la ribera del lago Leman, es un constante ir y venir de gente estos días. Sin duda, a Peter Sutherland no le queda tiempo para disfrutar de las impresionantes vistas que desde su despacho tiene sobre el lago y el Mont Blanc, distorsionadas momentáneamente por las primeras nieves del invierno caídas en la ciudad de Calvino. Desde que en julio accediera al cargo, su tiempo lo dedica a orquestar las negociaciones destinadas a la liberalización del comercio mundial y a convencer a los incrédulos de los beneficios que reportará a la economía del planeta la Ronda Uruguay: el mayor desmantelamiento arancelario de la historia.Pregunta. ¿En manos de quién está ahora la llave para la consecución de un final feliz de la Ronda?
Respuesta. En las negociaciones participan 155 países, aunque los problemas persisten entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos. Es una ironía que el resto del mundo, que ha tenido que escuchar durante años por boca de las naciones industrializadas las ventajas del comercio tenga ahora que esperar a que los dos grandes resuelvan sus problemas.
P. Entonces, ¿se podrá concluir la ronda dentro del espacio previsto, fijado para el 15 de diciembre?
R. Estoy seguro de que las negociaciones van a concluirse para esa fecha, a pesar de que todavía quedan algunos escollos por superar, por lo que espero que los líderes políticos intervengan para solucionar las últimas diferencias. En las últimas semanas hemos efectuado avances importantes.
P. Tanto Estados Unidos como la UE van a ser unos de los mayores beneficiarios de la liberalización del comercio. ¿Por qué son tan renuentes?
R. Porque prevalecen los intereses sectoriales sobre los generales. Pero no hay duda de que este acuerdo interesa tanto a los países en desarrollo como a los desarrollados. Tanto los ministros de Finanzas que asistieron a la última asamblea del Fondo Monetario Internacional, como los directores de esta institución y del Banco Mundial estaban de acuerdo en que la conclusión de la Ronda es crucial para la economía del planeta.
P. ¿Cuáles son los escollos que todavía quedan por superar?
R. Hay puntos específicos que necesitan una atención especial, por lo que se requiere la intervención de los líderes políticos. El apartado agrícola, el de los servicios financieros, el sector audiovisual y el textil son los más relevantes. Esto no es una suma de ceros, todo el mundo tiene que estar preparado para alcanzar compromisos y si los países desarrollados no lo están se va a poner en peligro el sistema de comercio multilateral. El proteccionismo a corto plazo es negativo y puede dañar las relaciones comerciales.
P. Hace unos días, usted mismo reconocía que el paquete obtenido hasta ahora excede las pretensiones fijadas en Punta del Este. ¿Ello significa que si no se lograran superar las últimas dificultades contaríamos con un paquete de medidas aceptable?
R. El problema es que las ofertas que hay sobre la mesa están condicionadas a que se obtenga un acuerdo final. Su pregunta asume que todo el mundo estaría dispuesto a mantener lo que ha ofrecido hasta ahora en la eventualidad de que no se lograra ir más lejos. No podemos decir aquí terminamos, ya que lo que tenemos hasta ahora no está disponible.
P. ¿Cuáles son los beneficios que la gente de la calle obtendrá de la Ronda Uruguay?
R. Ésta es una pregunta muy dificil de responder, ya que por un lado tiene un aspecto general y por otro muy específico. La respuesta general es que la economía mundial creará las condiciones y las bases para el crecimiento y las inversiones. Pongamos como ejemplo el ambiente que se produjo en España tras su ingreso en la Comunidad Europea. El programa de 1992 creó unas condiciones para el crecimiento como resultado de la confianza y de la situación del mercado, que era parte de un mercado mayor. Después, la CE entró en una fase de recesión que ha afectado a todos los Miembros, incluido España. Precisamente ahora que hay tantas dificultades en encontrar un ambiente favorable, hay que buscarlo en lo específico: industria por industria, sector por sector, servicio por servicio y estudiar las oportunidades que van a resultar de ello. Los aranceles se van a reducir aproximadamente en un 30% o un 33% y ello va a contribuir, sin duda, a crear grandes oportunidades. No estamos hablando de crear, de la noche a la mañana, un sistema perfecto de intercambios comerciales. El GATT no tiene nada que ver con la libertad comercial, sino con la liberalización del comercio dentro de unas normas. Nadie pretende abrir súbitamente las puertas del mercado.
P. ¿No se corre el riesgo de que muchas empresas aprovechen esta liberalización para desplazar sus centros a países en desarrollo donde la legislación laboral es menos exigente y la mano de obra más barata?
R.Este argumento sobre el nuevo emplazamiento de las compañías se está utilizando a menudo de una forma simplista. Esto no es cierto. Simplísticamente lo parece, pero no lo es. Cuando cayó el muro de Berlín se dijo que eso ocurriría con la Europa del Este. La CE estableció entonces acuerdos en muchas áreas con esta parte del mundo, pero da la casualidad que ha sido con América Latina con quien se ha producido un mayor incremento comercial, que supera el 22%. Es falso que la liberalización vaya a hacer a los ricos pobres como resultado de las oportunidades ofrecidas a éstos. El proteccionismo ni ha funcionado ni funcionará y desafío al que diga lo contrario. La mayoría de las áreas en la UE donde subsisten los problemas son aquéllas que han estado protegidas durante años.
P. ¿La Ronda Uruguay puede significar el inicio de un nuevo orden económico mundial?
R. Si la Ronda se concluyera felizmente creo que constituiría un cambio de orientación significativo en el sistema vigente desde la II Guerra Mundial y contribuiría a crear las bases y la seguridad para que se produzca el mayor crecimiento económico de la historia. Pero si llegara a fracasar, se crearían las condiciones para el surgimiento de bloques regionales. Se pueden contemplar diferentes aspectos, pero quizá el más ilustrativo es el de las migraciones. Los países industrializados serían el destino final de miles de trabajadores del Sur que huyen de la miseria y del hambre. Además, se incrementarían las tensiones políticas entre EE UU y Europa y los países del Pacífico.
P. ¿A quién favorece más este acuerdo, a los consumidores o a los productores?
R. Creo que todo el mundo ganará, ya que parece evidente que se van a producir mejoras, aunque afectará más a las empresas que a los consumidores. Quizá los beneficiados resulten los pobres como resultado de la reducción de los aranceles, que harán bajar los precios. En cuanto a las empresas, aquellas que tengan la capacidad necesaria para competir con otros productores ganarán, aquellas que no la tengan, van a perder.
P. Eso puede ocasionar una importante pérdida de empleo...
R. Las empresas que no son competitivas están condenadas a desaparecer en cualquier parte del mundo. El principal elemento a tener en cuenta para que una empresa funcione es su nivel de productividad y muchos países comunitarios están escondiendo estas cifras. La eficiencia no está relacionada con los salarios.
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