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El pronunciamiento pro fascista de Silvio " Berlusconi suscita numerosas críticas en Italia

El pronunciamiento del magnate de la televisión Silvio Berlusconi en apoyo de la candidatura del neofascista Gianfranco Fini para la alcaldía de Roma suscitó ayer en Italia numerosas críticas centradas en ese dato concreto, más que en el anuncio del presidente de Fininvest de que está dispuesto a tener una presencia personal y directa en la arena política. Las críticas comenzaron dentro de su propio grupo, donde algunos periodistas protestaron por lo que consideran una amenaza a su independencia. A estas críticas respondió ayer el propio Berlusconi con una carta.

Más de 200 periodistas del grupo Mondadori, propiedad de Berlusconi, observaron durante la jornada de ayer una huelga para subrayar "su discrepancia total" con la afirmación del editor, al tiempo que rechazaron "cualquier intento de definición política de los productos de la casa".Enrico Mentana, director del telediario del Canal 5, ya había advertido la víspera en directo, cuando conoció la noticia, que dimitirá si "presiones directas o indirectas le impidieran seguir haciendo su trabajo con libertad".

El malestar por las declaraciones del empresario llegó también a Il Giornale, cuyo director, Indro Montanelli, un maduro periodista de derechas muy conocido en Italia, desmintió por la tarde los rumores de su dimisión. Montanelli apoya desde hace poco el movimiento reformista del ex democristiano Mario Segni, que consideró ayer "un error" que quiera dedicarse a la política "un empresario con intereses directos en un sector tan próximo a aquélla como es el de la comunicación".

Giancarlo Fini, secretario del neofascista Movimiento Social Italiano (MSI), llamó ayer por teléfono a Berlusconi para agradecerle su pronunciamiento, mientras un portavoz de la Liga Norte afirmaba que el presidente de Fininvest "es un buen empresario" y es mejor que lo siga siendo.

"De los consejos comerciales a los consejos para el voto", fue el editorial leído ayer en Telemontecarlo, la única gran estación televisiva italiana no controlada por Berlusconi, mientras que Il Corriere della Sera, el diario de la familia Agnelli, que controla la Fiat, opinaba: "Nos parece una contribución [la de Berlusconi], de la que verdaderamente no teníamos necesidad, precisamente a la radicalización extrema de la confrontación en la que los liberales demócratas de centro, de derecha y de izquierda serían las víctimas predestinadas".

Un candidato de izquierda a la alcaldía de Roma evocaba la proximidad entre Berlusconi y su amigo el ex líder socialista Bettino Craxi, al que un conocido caricaturista dibuja desde hace tiempo con la camisa y las botas fascistas.

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Eugenio Scalfari, director de La Repubblica, diario de Carlo De Benedetti, con el que Berlusconi mantiene una antigua querella, recordaba la pertenencia del magnate televisivo a la logia masónica Propaganda 2 (P-2) para describirle como "Salvador de la Patria, Hombre del Destino y de la Providencia" y bautizarle finalmente como "el Caballero Negro que se ha puesto en cabeza de una agrupación heterogénea integrada por hijos del régimen tanto democristiano como fascista".

"Soy radicalmente ajeno a la tradición y a la cultura fascista", sostiene Berlusconi en su carta abierta, "pero no acepto el uso o, peor, la amenaza. del antifascismo como un espantajo demagógico para sustraer al país un Gobierno liberal y democrático".

El presidente de Fininvest reitera que su objetivo es lograr una coalición de fuerzas moderadas hoy dispersas capaz de hacer frente a la coalición ya avanzada de fuerzas de Izquierda de la que dice que, "como muchos italianos honestos", desconfía.

Hacia la derecha

De moderación habló también Clemente Mastella, vicepresidente democristiano de la Cámara de Diputados, que ayer lanzó su candidatura para suceder a Mino Martinazzoli en la secretaría de un partido que pretende definirse claramente hacia la derecha en un congreso extraordinario.

El gesto de Mastella potencia los riesgos de escisión en el seno de la Democracia Cristiana (DC), cuyo portavoz, Gerardo Bianco, comunicó ayer al presidente del Gobierno, Carlo Azeglio Ciampi, que los diputados del partido sólo votarán a favor de la ley de Presupuestos si también lo hacen la Liga Norte y el Partido Demcrático de la Izquierda (PDS), los dos partidos de oposición que sostienen al Gobierno con la abstención.

Esa incertidumbre sobre la ley de Presupuestos es la última amenaza que democristianos y socialistas mantendrán sobre la convocatoria de elecciones, ya que el Parlamento difícilmente podrá disolverse sin que el Estado tenga sus cuentas claras.

La lira se recuperó ayer bien de la fuerte caída provocada la víspera por los rumores acerca de la caída del Gobierno, demostrando que sus variaciones de la víspera respondieron a motivos de carácter estrictamente político.

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