La todopoderosa Renfe

El pasado mes de junio compré, en la taquilla de Renfe de esta localidad, una tarjeta familiar que tiene un año de duración. Faculta la misma a viajar un mínimo de tres componentes de la unidad familiar (cuyos nombres se anotan en ella) con una reducción del 50% de la tarifa general para la segunda y tercera persona (la primera paga el total del billete).Al utilizarla en los meses de junio y septiembre no hubo ningún problema, pero al querer hacerlo el 30 de octubre me encontré con la sorpresa de que no podía acogerme a los beneficios contratados al adquirirla.

Según me indicó el señor que realizaba la venta de billetes, Renfe les había pasado una circular indicando que a partir de la fecha de la misma sólo se podía utilizar la citada tarjeta familiar para largo recorrido. Yo iba a Madrid desde Alcázar de San Juan, la distancia es de 150 kilómetros.

La todopoderosa Renfe, cuyo déficit pagamos todos, anula de forma unilateral los contratos que realiza sin avisar al usuario. Al fin y al cabo, éste sólo tiene derecho a disfrutar de unidades obsoletas e incómodas y de los retrasos que se puedan producir. Claro que doña Mercedes Sala no necesita tarjetas familiares, ya que suele viajar realizando las funciones de maquinista. Gracias, Renfe-