Pujol advierte que España está en deuda con CiU

El presidente de la Generalitat y de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), Jordi Pujol, sostuvo ayer que "España está en deuda" con los nacionalistas catalanes. Durante el acto de clausura de la decimoquinta fiesta del partido, Pujol señaló que no es necesario que nadie les dé las gracias, pero dio un toque de atención a los socialistas ante el peligro de "caer en la tentación" de querer pactar con el Partido Popular y con Izquierda Unida leyes contrarias a la autonomía catalana. "Que no lo prueben; no nos interesa ni a ellos ni a nosotros", agregó.

La intervención de Pujol tuvo dos partes. Una primera en la que justificó la colaboración de los nacionalistas catalanes a la estabilidad, a salvar a España vino a decir; y una segunda en la que reiteró que, una vez aprobados los Presupuestos del Estado, la prioridad de Convergència i Unió (CiU) pasa a ser aumentar el techo autonómico "para preservar la identidad catalana".Pujol afirmó que son injustas las críticas a los nacionalistas catalanes, "a quienes se presenta deliberadamente" como unos políticos egoístas. Pujol sostuvo todo lo contrario: "No hemos hecho otra cosa que aportar. España está en deuda ya que hemos dado más de lo que nos han devuelto". "No pedimos [a los socialistas] que nos den las gracias, pero sí que hagan lo que tienen que hacer: llevar el país adelante". Recriminó la lentitud con que el Gobierno aborda la modificación de la legislación laboral y su posición en el pacto social. Pidió al presidente del Gobierno, Felipe González, mayor contundencia a la hora de enfrentarse a la crisis económica y que realice una política más dura: "Que no le tiemblen las piernas a la hora de tomar medidas".

"Que no hagan el listo"

Pujol dijo que el PSOE puede tener la tentación de buscarse un nuevo socio parlamentario para llevar adelante leyes como las de Arrendamientos Urbanos, Mecenazgo o de Comercio una vez aprobado el presupuesto con el apoyo de los nacionalistas catalanes. "Que no hagan el listo, ya que no le interesa a nadie", dijo en tono amenazante en dos ocasiones. En las últimas semanas, Pujol ha destacado que no aceptará de buen grado ser desplazado de la posición privilegiada en la que se encuentra, CiU y que si eso sucede, que el PSOE se atenga a las consecuencias.De hecho, ahora se va a abrir, si el Gobierno sigue el calendario propuesto por Pujol, el melón de la reivindicación nacionalista. El debate que puede permitir al Gobierno catalán incrementar el techo autonómico. En el capítulo de cuestiones a debatir, el dirigente nacionalista ha situado cuestiones nada banales: traspasos, policía autonómica, financiación de la sanidad, fondos de cohesión europeos, recorte de competencias. "Que se admita el hecho diferencial", concretó.

Con anterioridad había intervenido el secretario general de CDC, Miquel Roca, quien aprovechó el primer gran acto de partido desde las elecciones generales para defender el lema con el que concurrió Convergència i Unió [Ara decidirem]. "Ahora podemos decir bien alto, ahora decidimos", señaló. Su intervención fue un canto al pujolismo, un saludo emocionado "a los amigos" de Unió presentes en la sala y una petición de aplauso para el consejero de Economía, Macià Alavedra, por su actuación en el asunto del 15% del IRPF.

Por otra parte, Pujol criticó ayer al Gobierno por no haber comunicado a la Generalitat los cambios que pensaba introducir en el trazado de la línea férrea de alta velocidad que debe unir Barcelona con Montpellier (Francia). Los gobiernos español y francés suscribieron en la cumbre celebrada esta pasada semana en Toledo un acuerdo en el que figuran los plazos y compromisos para la construcción de la nueva línea y su puesta en servicio antes de año 2005. A juicio de Roca, en esta cuestión "han fallado el contacto y la consulta".

En el Consejo Nacional de CDC que se celebró antes del acto, uno de los miembros de la dirección de CDC planteó la cuestión de las relaciones entre Convergencia y su socio de coalición, Unió Democrática, y formuló una pregunta sobre las causas de las últimas discrepancias en el Congreso. Roca cortó cualquier posibilidad de discusión afirmando que no era momento de debatir ese tema.