Una capital con síndrome del 92
Las inversiones deportivas realizadas por el Estado en Madrid, Sevilla y Barcelona desde 1987 hasta 1992 resisten ciertas comparaciones, aunque no todas. Los pasados Juegos Olímpicos marcaron una época irrepetible de impulso para la capital catalana, pero, aparentemente, se derivó más hacia infraestructuras generales que deportivas.Los datos de ejecución de obras efectuadas por el Consejo Superior de Deportes (CSD) corroboran que Barcelona ha ocupado, lógicamente, el primer lugar del podio, al recibir una inversión total de los presupuestos del Estado por este concepto que suma 7.636 millones de pesetas. Madrid, en esta imaginaria clasificación, subiría al segundo puesto, con 2.952 millones, y Sevilla estaría en el tercero -a cierta distancia-, con sólo 735.
La preponderancia de Barcelona, incomparable los primeros años con grandes dotaciones para los Juegos, se anula, por ejemplo y precisamente, en 1992. En ese año, el CSD destinó para Madrid 150 millones y nada para las otras dos capitales.
Incluso las inversiones totales desde 1987 son matizables. El 89,5% de la inversión del CSD en Barcelona (6.834 millones) se concentró en una sola instalación, el estadio Olímpico de Montjuïc. El resto, 802 millones, se repartió todos esos años en siete instalaciones más -algunas olímpicas- y sitúa la cantidad global en una cifra muy similar a la del gasto necesario para construir seis complejos deportivos en Sevilla.
2.952 millones en Madrid
Los 2.952 millones gastados en estos años en Madrid, además, no se dirigieron todos a mejorar dotaciones deportivas de los ciudadanos. El CSD invirtió 818 millones en ocho instalaciones propias, destinadas como centros de alto rendimiento no sólo a los deportistas de Madrid, sino a los del resto de España incluidos en la élite del deporte.Madrid, tras soportar todas estas precisiones, asume realmente como inversión para 15 centros deportivos públicos una partida de 2.134 millones. Una sola instalación, el estadio de Canillejas, ha aglutinado casi la mitad de este esfuerzo (840 millones), aunque algo todavía se adeuda. El CSD, excepto para sus centros de máximo nivel en Madrid, realiza sus inversiones en colaboración con las comunidades autónomas y los ayuntamientos en porcentajes que se aproximan al 33%.
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