Chapuzas de Obiang
LAS ELECCIONES del próximo domingo que el presidente de Guinea, Teodoro Obiang, quiere presentar como un gran paso hacia la democracia se están convirtiendo en todo lo contrario: en una bochornosa demostración del aislamiento en el que quiere encerrar a su pueblo para que la opinión mundial no pueda conocer la realidad de la presunta consulta democrática.La oposición guineana se ha retirado de la contienda por no cumplirse los requisitos mínimos. Es tan escandaloso el marco en el que se prepara la consulta que los Gobiernos de España, Francia, Estados Unidos y Nigeria, juntamente con la ONU y la Comunidad Europea, han hecho una intervención diplomática en Malabo para protestar contra las condiciones de la campaña electoral. Después de una acción diplomática tan excepcional, lo único sensato que debería hacer Obiang es suspender esas elecciones -que han perdido toda credibilidad antes de celebrarse- y preparar otras en condiciones completamente distintas. En cambio, su obsesión ahora es impedir que el mundo pueda conocer lo que vaya a ocurrir el próximo 21 de noviembre.
Con tal fin ha expulsado o negado el visado a los periodistas que le resultan molestos, a la vez que ha suspendido el vuelo de Iberia entre Madrid y Malabo del próximo sábado, víspera de las elecciones. Son medidas que explican el temor a que observadores extranjeros puedan testimoniar lo que ocurra en los comicios. El carácter cada vez más antidemocrático y antiespañol de la política de Obiang exige el que España endurezca su política y detraiga de su ayuda a Guinea todo lo que pueda ser entendido como soporte del dictador.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.