El Gobierno belga aprueba un plan de austeridad para salvar la Seguridad Social
Bélgica deberá aplicar un riguroso plan de austeridad, que obliga a ceñirse el cinturón prácticamente a todos sectores sociales. El Gobierno de centroizquierda que encabeza el socialcristiano Jean-Luc Deahaene, aprobó ayer la operación de saneamiento, que cubre el agujero de 73.000 millones de francos de la Seguridad Social para 1994 (270.000 millones de pesetas), estimula la creación de empleo para jóvenes y parados de larga duración, contempla el reparto de trabajo y distribuye las cargas fiscales tanto sobre los pensionistas como sobre los rentistas. La congelación salarial y la imposición sobre las grandes fortunas son dos de los datos más característicos de este plan de urgencia contra la crisis.La respuesta inmediata al acuerdo ha sido una reacción de euforia en la bolsa y en el mercado de divisas, en el que el franco belga se ha revaluado. El banco central ha acompañado el acuerdo con una bajada de los tipos de interés.
El acuerdo obtendrá muy probablemente hoy en el Parlamento una mayoría que ya viene prefigurada por la propia composición del Gobierno, en el que están representadas casi proporcionalmente las cuatro fuerzas coaligadas, socialistas y socialcristianos de ambas comunidades, flamenca y valona. La aprobación parlamentaria pretende frenar la ofensiva de los sindicatos, que protagonizaron una primera huelga el lunes. Ayer las centrales decidieron posponer la huelga prevista para la próxima semana para estudiar con más tiempo el acuerdo. El Gobierno había intentado previamente que los agentes sociales acordaran un pacto social, pero la propuesta fue rechazada por los sindicatos.
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