El Estado no tiene competencia para legislar a favor del aborto, afirma Elías Yanes

Juan Alberto Belloch ha recibido el primer tirón de orejas público por parte del arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes. El nuevo ministro de Justicia dice que la decisión última de abortar compete a la mujer. Puesbien, Yanes, en su primer discurso como presidente de la Conferencia Episcopal ante la asamblea de obispos, reunida desde ayer en Madrid, descalificó este argumento. Además, y ante el anuncio de una nueva ley despenalizadora, juzgó que el "Estado no tiene competencia" para legislar a favor del aborto. También, y para sorpresa de muchos, recordó la doctrina de la Humanae vitae (1968), la encíclica de Pablo VI que condenó la utilización de medios artificiales para controlar la natalidad.

Vivían en luna de miel, sobre todo desde la actualización de la partida destinada al sostenimiento de la Iglesia católica -que según la Ley de Presupuestos, en trámite parlamentario, pasará de 15.250 millones a 18.300 en 1994- Pero el viaje de novios parece llegar a su fin. Y lo ha hecho con un tema: la nueva regulación del aborto, que está previsto realizar con una ley especial, al margen del Código Penal. Medios próximos a Belloch pensaban que el episcopado sería menos beligerante que en otras ocasiones ante esta iniciativa. Pues se equivocaron.Yanes utilizó un tono pausado y suave, lejos del agresivo discurso de su predecesor, Ángel Suquía, para descalificar, con mano de hierro y guante de seda, las afirmaciones de Belloch. La persona no es dueña de su "propio cuerpo y de la realidad que le rodea", dijo Yanes antes de recordar que éste es uno de los argumentos que, se aducen para justificar el aborto provocado". La nueva ley "permisiva del aborto voluntario" que se prepara, añadió, "es una mala noticia para los seres humanos inocentes, que serán condenados a muerte sin que nadie les defienda".

Mayorías sociológicas

El presidente del episcopado no hizo otra cosa que recordar la doctrina tradicional de la Iglesia, fundada, contrariamente a lo que sostienen amplios colectivos, entre ellos los feministas, en que el feto está en el cuerpo de la mujer, pero no forma parte de él. De acuerdo con este criterio, y apelando implícitamente a la ley natural, dijo: "El derecho del ser humano a la vida puede ser reconocido por creyentes y no creyentes. Es un derecho fundamental que el legislador no 'crea', sino que debe 'reconocer' y 'proteger".

Como, a juicio del magisterio, la vida proviene de la ley de Dios, Yanes señaló que "no es admisible que se haga depender el derecho del ser humano a la vida, de la opinión expresada en sondeos sociológicos, de la decisión de la madre, o del médico, o de un 'comité". Y concluyó: "No tiene el Estado competencia para determinar una etapa de la vida del ser humano en que éste carezca del derecho a la vida. En ningún caso es moralmente lícito dar muerte a un ser inocente, ni es admisible que el Estado ampare esa conducta legalmente".

Yanes, que reiteró en su discurso que la Iglesia debe proclamar "la verdad con amor, humildad y paciencia, en actitud de diálogo arnistoso", habló de la necesidad. de elevar el nivel "espiritual y moral de la familia" para que haya verdadero "progreso humano" y de la Humanae vitae, la encíclica de Pablo VI que levantó ampollas en episcopados y comunidades de católicos por mostrarse inflexible sobre la utilización de medios anticonceptivos artificiales.

Yanes, al cumplirse este año las bodas de plata de la encíclica, insistió: "No son lícitos, por tanto, los métodos artificiales de limitación de natalidad en el ejercicio de la paternidad responsable. Pablo VI tuvo la valentía de proclamar con humilde firmeza toda la ley moral, natural y evangélica".

Las palabras del presidente del episcopado, que habló además de la Veritatis Splendor, la última encíclica del Papa, y del documento La caridad en la vida de la Iglesia, que está previsto sea aprobado esta semana, estuvieron seguidas por un breve discurso de Mario Tagliaferri, nuncio apostólico en España. Tagliaferri evocó las palabras del Papa durante su reciente viaje a España para denunciar que hay "sistemas económicos" que "olvidan la dignidad de la persona" y anteponen el lucro como objetivo prioritario.