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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Acabar con la violencia

A menudo se publican opiniones sobre el tema de la violencia en los medios de comunicación, y me gustaría exponer mi punto de vista. No estoy de acuerdo en que la visualización de la violencia sea negativa en sí. Me explico: la violencia, en general, es una lacra social, pero ¿es que por no verla deja de producirse? Observar hasta qué punto puede llegar la crueldad humana es un tremendo espectáculo, pero no la observación, sino el propio hecho.Llevo 11 años trabajando como voluntaria en una organización de derechos humanos. Sería demasiado largo detallar la cantidad de torturas, ejecuciones y demás atrocidades que he debido conocer para poder actuar eficazmente. No creo necesario detallar las emociones que esto provoca en cualquier persona normal, la cantidad de veces que he debido' abandonar la lectura de un informe porque el espanto superaba lo imaginable. Sin embargo, no creo que esta experiencia haya sido negativa, sino más bien al contrario: me ha impulsado a moverme con más ahínco, a utilizar más energías en las denuncias, a solidarizarme más con las víctimas.

Pero sí hay algo que me parece realmente preocupante, y es la exaltación de la violencia. No se muestra como algo perjudicial que es preciso eliminar de las relaciones humanas. Se exhibe por el simple placer de la contemplación o incluso como algo a imitar; personajes que no respetan leyes ni normas éticas, que no dudan en utilizar cualquier método para conseguir sus fines, son modernos héroes puestos a disposición de cualquier mente sin ningún escrúpulo.

Después nos extrañamos de esta espiral de violencia, y no se nos ocurre mejor solución que aumentar la dosis. Un ejemplo reciente: ante la ola de asesinatos (especialmente contra turistas) que se está produciendo en Florida, en lugar de analizar las verdaderas raíces del problema, de buscar medidas preventivas, ya se alzan voces que piden la pena de muerte para los implicados, aunque sean menores. No importa que esté demostrado que la pena de muerte en nada mejora el índice de criminalidad, sin hablar de los errores judiciales, de la parcialidad de las condenas; el miedo o la falta de imaginación nos impiden pensar en otro tipo de soluciones.

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Algunos nos oponemos sin paliativos a la pena de muerte. Algunos creemos que la alternativa a esta situación es el respeto total a los derechos humanos, la denuncia de sus violaciones, la solidaridad con las víctimas y la implicación de todos los ciudadanos en esta tarea. Algunos nos esforzamos por conocer y divulgar la violencia existente única y exclusivamente para acabar con ella.

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