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Pujol sólo obtuvo el respaldo de su grupo en sus reivindicaciones autonómicas

El Parlamento de Cataluña respaldó ayer, con los únicos votos de Convergència i Unió (CiU) y la abstención de la oposición en bloque, la demanda de mayores competencias autonómicas formulada por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en el debate anual sobre la política general del Gobierno catalán, que concluyó ayer. Este respaldo quedó reflejado en una resolución que establece que la Constitución de 1978 permite ampliar la cuota actual de autogobierno de la Generalitat y abomina de la concepción uniformizadora del Estado de las autonomías -el café para todos- La resolución insta al Gobiemo catalán a profundizar el desarrollo del Estatut dentro del marco de la Constitución actual, "teniendo en cuenta el principio constitucional de heterogeneidad y el hecho diferencial catalán".

Otra de las resoluciones aprobadas ayer en solitario por la mayoría absoluta de CiU en el Parlamento insta a la Generalitat a negociar con el Gobierno socialista la instauración de una Administración única en Cataluña, a partir de la conversión de la Generalitat en "la Administración ejecutiva ordinaria en Cataluña". La Cámara también reclamó la agilización de los traspasos de competencias a la Generalitat que quedan pendientes, a los que definió como factores "primordiales para el autogobierno de Cataluña".

Estas resoluciones recogen fielmente el espíritu del discurso con el que Pujol abrió el miércoles pasado el debate parlamentario. El presidente catalán emplazó entonces al Gobierno de Felipe González a otorgar a Cataluña un trato especial y diferenciado dentro del Estado de las autonomías, y condicionó nuevos apoyos de los nacionalistas al PSOE en el Parlamento español a la consecución de dicho objetivo que pasa, obviamente, por la ampliación del techo competencial de la Generalitat.

Barrido implacable

La mayoría de CiU sacó adelante en solitario sus 10 propuestas de resolución y barrió implacablemente de la Cámara, una tras otra, el centenar que habían presentado los grupos de la oposición. Sólo tuvieron los convergentes un gesto para con los socialistas, con quienes pactaron y aprobaron tres propuestas transaccionales. El portavoz nacionalista, Domènec Sesmilo, no tuvo reparos en admitir desde la tribuna que no había tratado de negociar con los demás grupos porque ninguno de éstos había propuesto el diálogo a CiU. Esta animación soliviantó los ánimos en los bancos del PP, IC y ERC.

Al término del pleno, y después de haber desdeñado las repetidas ofertas de diálogo de los socialistas catalanes, Pujol se reunió brevemente con el líder del PSC, Raimon Obiols. Éste consideró la actitud de Pujol como "un gesto positivo". Pujol se mostró dispuesto a conversar con los socialistas sobre el Presupuesto catalán para 1994 y la reforma de la ley de normalización del idioma.

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