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Un confidente declara ante la Guardia Civil que la farmacéutica secuestrada en Olot está muerta

El misterio que envolvía el caso de Maria Àngels Feliu, la farmacéutica de 36 años de Olot (Gerona), secuestrada el 20 de noviembre de 1992, podría llegar a su fin. Dos personas fueron detenidas el sábado en Barcelona como presuntas autoras del secuestro de Maria Àngels Feliu. Los sospechosos son Javier Bassa Bolívar, de 31 años, y Joan Casals Sánchez, de 40, agentes comerciales. Según fuentes de la investigación, ambos, junto con una tercera persona, son los presuntos autores materiales del secuestro y de momento serán acusados de detención ilegal. Fuentes policiales trabajaban ayer con la hipótesis de que la farnacéutica hubiera fallecido, ya que esto fue lo que declaró un confidente, Francisco Evangelista.

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Los detenidos serán probablemente acusados de un delito de secuestro con desaparición forzada, puesto que no hay rastro de la farmacéutica. Casals y Bassa eran seguidos desde hace cincos meses por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil de Madrid y la Unidad de Policía Judicial de la Comandancia de Gerona, tras ser denunciados por Evangelista, un hombre con antecedentes por pequeños delitos, que acusó a los dos agentes comerciales de ser los presuntos secuestradores. En la acción delictiva participó una tercera persona, que ayer aún no había sido capturada.La resolución del caso se inició cuando Evangelista se puso en contacto con la familia Feliu en el pasado mes de junio, seña lando que si ésta le entregaba los cinco millones de recompensa que había ofrecido a quien facilitara información, él podría dar les pistas sobre los secuestrado res. Un representante de los Feliu se trasladó a Albacete, donde residía Evangelista, para mantener el contacto. Los datos aportados por Evangelista, que vivió en Barcelona hasta diciembre del año pasado, fueron comunicados a la Guardia Civil.

Representante farmacéutico

Casals y Bassa carecían de antecedentes penales. El primero, natural de Ripoll, localidad próxima a Olot, estuvo casado con una vecina de esta población, con la que tuvo un hijo, y de la que está separado. En aquella época trabajó en la tienda de electromésticos que posee su suegro en esta ciudad gerundense. En la actualidad representa a una firma dedicada a la venta de productos farmacéuticos.

Según medios policiales, es probable que Casals trabara relaciones comerciales con Maria Àngels Feliu en razón de su trabajo como representante farmacéutico y presuntamente pudo partir de él la idea de secuestrar a la mujer como forma de obtener un importante rescate que le sirviera para liquidar sus deudas. Fuentes próximas al caso manifestaron ayer que Casals "tiene una posición económica caótica, entre otras cosas por el alto nivel de vida que lleva; debe dinero a mucha gente".

Casals fue compañero de colegio de la farmacéutica, es buen conductor, usa gafas para conducir y conoce perfectamente la zona de Olot. Debido a estas circunstancias, fue uno de los sospechosos que la Guardia Civil investigó en los primeros momentos del secuestro, aunque no. llegó a reunir pruebas contra él.

En una de las llamadas telefónicas de los secuestradores, el interlocutor mostraba un fuerte acento de la zona de Olot, lo que podría cuadrar con Casals, originario del área lingüística de la Garrotxa, en la que se incluye Olot. Bassa es natural de Barcelona, domiciliado en Casteldefells.

Los dos detenidos, que no reconocen su participación en los hechos, podrían permanecer en el cuartel de la Guardia Civil 24 horas más antes de pasar a disposición judicial.

Las investigaciones realizadas inducen a la Guardia Civil a la hipótesis de que Maria Àngels Feliu está muerta, pero por el momento no la confirma, "dado que no se ha hallado el cadáver", ni hay pistas que conduzcan a la localización de la víctima. Según la declaración firmada por el confidente ante la Guardia Civil, Maria Àngels fue asesinada por sus raptores. Evangelista será sometido, probablemente, a un careo con los dos acusados.

Joan Capdevila, abogado de los Feliu, confirmó ayer que Casals habló con él hace varios meses. "Estaba escandalizado [Casals] porque alguien le relacionaba con el secuestro", explicó Capdevila, "y le dije que si se consideraba inocente debía ponerse en contacto con la Guardia Civil. Hicimos nuestras investigaciones y le descartamos, sin dar cuenta a las autoridades".

Evangelista ha declarado que fue una tercera persona quien le informó de la presunta implicación de Casals y Bassas en el secuestro. Pero fuentes de la investigación creen que tuvo un conocimiento más directo de los hechos y que ahora se ha decidido a hablar por sentir cierto arrepentimiento. La Guardia Civil de Alicante desmintió ayer las informaciones que indicaban que este presunto arrepentido estaba detenido en esa ciudad.

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