Una familia con fortuna en una sociedad conservadora
Tomàs Feliu de Cendra, padre de Maria Àngels Feliu Bassols, es uno de los empresarios más prósperos de la provincia de Gerona y que administra su fortuna con mayor discreción. La principal fuente de ingresos de la familia procede de la sociedad anónima Hijos de José Bassols, suministradora de energía eléctrica, empresa cuyos beneficios anuales se suman por centenares de millones de pesetas. La familia también posee una fábrica de curtidos al tiempo que se dedica a negocios inmobiliarios.A pesar de ser un empresario de Olot y tener su centro de operaciones en esta ciudad, Tomàs Feliu no es un desconocido en los círculos empresariales de Barcelona. Es uno de los mayores exponentes del empresariado tradicional dentro de la industria pesada catalana. Participó como tal en la construcción del Banco Industrial de los Pirineos y era consejero de esta entidad financiera cuando quebró. Feliu se vio implicado en el proceso judicial y llegó a perder dinero de su fortuna personal con esta operación bancaria.
Todas las investigaciones policiales realizadas en esta dirección como posible móvil del secuestro han conducido a un callejón sin salida. Es, por tanto, un hombre muy influyente en Olot, donde preside la delegación de la Cámara de Comercio de esa ciudad. El padre de la secuestrada controla personalmente todas las actividades comerciales de los negocios de la familia y ejerce su autoridad como patriarca con un carácter duro, inflexible y exigente. Fuentes próximas a la investigación han destacado el dominio de sus sentimientos en momentos tan difíciles. "Nunca se ha desmoronado", han señalado. Es una persona respetada y, al mismo tiempo, temida entre la conservadora sociedad olotense.
Maria Àngels es la hija menor del empresario. Estudió Farmacia en Barcelona y se casó con el hijo de un inmigrante andaluz, Francesc Pérez, empleado en una sociedad de artes gráficas. La boda de la hija del próspero empresario con Francesc Pérez fue motivo de sorpresa entre los olotenses. El matrimonio, que vive en un apartamento del número 2 de la calle de Pere Lloses, tiene tres hijos cuyas edades oscilan entre tres y seis años. Maria Àngels, de 36, años, regentaba una farmacia de su propiedad junto con su hermana en las afueras de Olot.
La farmacéutica, al igual que sus otros cuatro hermanos, llevaba una vida muy discreta siguiendo la impronta de su padre, poco amigo de demostraciones externas de la riqueza familiar. Tomàs Feliu ejerce de empresario al estilo de finales del siglo pasado. Fuentes próximas a la familia han señalado que tiene un comportamiento muy paternalista con sus empleados, a los que nunca ha despedido.
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