Apurar cielos pretendo

Noviembre trajo ayer la competencia a los vuelos nacionales. Una compañía extranjera -SAS- y una dedicada tradicionalmente al charter -Air Europa- despegaron ayer con la intención de quitar mercado a la compañía de bandera Iberia, que hasta ahora mantenía el monopolio sobre el cielo español. Basan su oferta en mejores precios y pretenden también dar un mejor servicio. La primera ha optado, además, por estrenarse en uno de los trayectos más frecuentados, el que une Madrid y Barcelona.Si bien los dos vuelos diarios con los que SAS inaugura su entrada en la ruta Madrid-Barcelona no pueden competir con los 54 que ofrece Iberia cada día, sí que marcan un hito en la historia de la aviación doméstica y anuncian lo que puede ser una dura batalla en el puente aéreo.

En su primer día desde Madrid, SAS cumplió el horario con estricta puntualidad. Pero, la falta de costumbre hizo que las maletas llegaran en el aeropuerto del Prat (Barcelona) a la terminal nacional. El vuelo sigue rumbo a Copenhague y ello hace que tanto en el destino, como en la partida, se utilice la terminal internacional. Ayer, en el trayecto español eran 42 pasajeros, y el avión un DC-9 de la nueva serie con 110 plazas. Pero hasta 1997 solamente puede ocupar en el trayecto Madrid-Barcelona la mitad del pasaje.

Si valiera la comparación de un solo día, en puntualidad SAS cumplió con nota alta su primer examen mientas que Iberia sufría un retraso de 35 minutos en el vuelo de Barcelona a Madrid de las 11.15 de la mañana. El motivo, la espera de un enlace internacional para llenar el vuelo del puente aéreo, según Iberia.

A las 7.30 de la mañana de ayer en el mostrador de SAS, terminal internacional de Madrid-Barajas, todo eran amabilidades. Ni un síntoma de nervios. Se cambia el titular de un billete en poco menos de tres minutos y se ofrece al viajero un folleto titulado SAS Eurobonus: un programa de premios para el viajero frecuente. El embarque, a las 8.15 minutos en la puerta 4, dice la empleada de facturación. A las, 8.35, el autobús con los pasajeros circula por la pista hasta el aparato situado en la terminal internacional. A las 8.45 está el pasaje acomodado y a las 8.55 en punto, hora programada de salida, el aparato comienza a rodar por la pista. La condición de compañía extranjera se nota en el desayuno. A las 9.05 es difícil atacar una bandeja con fiambre, ensalada de arroz, pastel de hojaldre y carne y. rodajas de fruta, junto al café, el zumo y la mantequilla. Ayer, de propina, se ofrecía además un botellín de cava. Pocos pasajeros se atrevieron con el menú. "Iremos estudiando los gustos de los viajeros. Quizá el cliente español esté más acostumbrado a desayunar un bollo y café con leche. Si es así cambiaremos", afirma un empleado.

"Mejorar el servicio con un ajuste de precios" ese es el lema a seguir "al pie de la letra" afirma el director comercial para España y Portugal, Andreas Blass, tras el viaje a un pasajero que n

se identifica como periodista. Todo es cuestión de ajustar costes y dar mejor servicio. SAS ha reducido en dos años un 20% los costes generales y eso se ha invertido en reducir tarifas y mejorar servicio. Es el camino del futuro y no hay que darle más vueltas. El consorcio público formado por Suecia, Noruega y Dinamarca, que cuenta con el 50% del capital de esta empresa ha dicho muy claro que no pondrá un duro más y por ello hemos tenido que espabilarnos cogiendo un poco de aquí y un poco de allí".

Según Blass, elevar la competencia ajustará los precios y mejorará el servicio. y "ganará el consumidor". Elude cualquier crítica a Iberia "está mejorando en algunos aspectos" aunque reconoce que si se han decidido por este servicio es porque ven posibilidades de coger clientela. "Creo que podremos ganar dinero en un plazo no muy largo".

SAS ha entrado a competir con Iberia en el mercado nacional aprovechando la normativa comunitaria. Iberia, también por esa normativa ofrece vuelos diarios Amsterdam-Copenhague y Amsterdam-Estocolmo. Sólo a partir de abril, de 1997, la CE ha previsto la liberalización total. Fuentes de Iberia aseguran que no temen por la entrada de SAS en el trayecto Madrid-Barcelona, entre otras cosas, por la diferencia en el número de vuelos.