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JULIO IGLESIAS, LIBERADO

El tío de Iglesias negoció con encapuchados en el País Vasco un rescate de 500 millones

Aurora Intxausti

El tío de Julio Iglesias Zamora, Ángel Iglesias, negoció en persona con representantes de ETA, en una ocasión encapuchados, el rescate por la liberación del ingeniero secuestrado y la forma de pago, en contactos en elPaís Vasco. La familia ha pagado 300 millones en dos entregas y ha dejado aplazados otros 200. Fuentes de Interior anunciaron ayer que las fuerzas de seguridad, "como es su obligación" intentarán impedir la entrega a ETA de las cantidades pendientes y confirmaron que Ángel Iglesias pidió al ministerio que relajase el cerco en el monte Adarra para facilitar la liberación del rehén.

En los primeros días del cautiverio de su sobrino, el presidente de la empresa Ikusi, Ángel Iglesias, intentó contactar en Francia con personas cercanas a ETA que en anteriores secuestros habían actuado como intermediarios, según publicó ayer el diario El Correo, editado en Bilbao. Estas personas le indicaron que a quien tenía que dirigirse estaba "ahí abajo", en alusión al interior del País Vasco.Una de las citas se llevó a cabo en un monte y los representantes de ETA se presentaron encapuchados. La familia Iglesias mantuvo en total cuatro encuentros directos con los enviados de la organización terrorista.

La primera cita fue a principios del mes de agosto y en ella se acordó que la cifra que la familia Iglesias debía abonar sería de 500 millones de pesetas y que se podría hacer efectiva en pagos fraccionados. Dos días después se produjo la entrega de 150 millones de pesetas a los terroristas.

Tanto la policía como la familia pensaban entonces que la liberación de Iglesias podría llegar en fechas cercanas al 15 de agosto. Sin embargo, ETA decidió prolongar el secuestro y el presidente de lkusi tuvo un segundo encuentro con sus mensajeros en los primeros días de septiembre. Ángel Iglesias aceptó realizar un segundo pago de otros 150 millones entre los días 10 y 17 de septiembre, y aceptó las condiciones para efectuar un último pago una vez que el rehén quedase en libertad.

Pese a que las exigencias eco-nómicas habían quedado zanjadas, la organización terrorista pidió en septiembre un tercer encuentro con Ángel Iglesias para abordar otro tipo de aspectos, y, al parecer, exigió que el pago del rescate "no afectase" a los trabajadores de la empresa Ikusi.

La familia Iglesias esperaba que en los primeros días de octubre ETA pusiera fin al secuestro, pero en una cuarta entrevista con Ángel Iglesias, en torno al pasado día 12, los etarras le comunicaron que tenían "difículta-des técnicas". Un eufemismo con el que se referían al cerco policial montado por la Guardia Civil en el monte Adarra. Eso llevó al presidente de Ikusi a entrevistarse con el secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, y solicitarle que aflojara el cerco sobre la zona. Un portavoz de Interior confirmó ayer la celebración de la entrevista.

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Los encuentros entre Ángel Iglesias, que antes del secuestro de su sobrino se había negado a someterse a cualquier tipo de chantaje de ETA, y los representantes de la organización estuvieron rodeados de una gran tensión. Los negociadores de ETA según El Correo, llegaron a advertir al presidente de Ikusi, en alusión a una foto publicada por Egin en la que el secuestrado aparecía sin afeitar, que al rehén "la barba le puede llegar hasta los cojones". Los emisarios etarras no ocultaron su malestar por la actitud firme que estaba manteniendo el ingeniero en su cautiverio.

Fuentes de Interior indicaron ayer que hay sospechas de que los enmascarados que mantuvieron los contactos con el dueño de Ikusi no son liberados (a sueldo) de ETA, sino personas del entorno de HB. Según estos medios, "los últimos golpes policiales a la red de extorsión demuestran que el aparato de finanzas está controlado por estas personas", informa Jesús Duva.

Julio Iglesias Zamora relató en la rueda de prensa que ofreció el pasado sábado tras su liberación que había comentado a sus secuestradores que estaba siendo sometido a una tortura y que sus posiciones son contrarias a cualquier tipo de violencia. El ingeniero fue contundente al responder a una preguntaba sobre si había hablado de política con sus secuestradores: "No se le puede llamar política, porque la conversación daba poco juego".

Por otra parte, ocho de los 11 detenidos en Guipúzcoa el pasado jueves, acusados de colaboración con ETA, han sido puestos en libertad.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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