Julio Iglesias revela que ETA le retuvo en una celda mínima que calificó de "ataúd"

Julio Iglesias Zamora, el ingeniero de 43 años liberado el viernes por la noche tiras 117 días de cautiverio en manos de ETA, declaró ayer que el mensaje que puede dirigir a la organización "es el que ha dicho el pueblo, porque la respuesta ha estado en la calle". Iglesias, con muy buen aspecto y sonrisa casi permanente, señaló que "nuestra sociedad no se merece los métodos que están empleando". "Se lo dije a los secuestradores", añadió. "Cuando me preguntaban qué tal estaba, les contestaba: 'Estoy torturado. La familia, bien, gracias". El ingeniero declaró tres horas por la mañana ante la policía.

El ingeniero describió el lugar de su cautiverio como "un ataúd pintado de blanco", de 1,80 metros de longitud por 1,80 de altura y 1,50 de ancho, del que se empeñó en salir "sin perder la dignidad". Se había preparado desde el segundo día un programa de actividades, con ejercicios físicos, y había pensado siempre que no le podían quitar la libertad intelectual. Rechazó estar bajo el efecto de cualquier tipo de síndrome o efecto de simpatía hacia sus secuestradores. "Cuando saliese", dijo, "tenía que poder mirar a mi gente a la cara".Iglesias manifestó su convicción de que la violencia no soluciona nada, y dijo que en las escasas conversaciones políticas que entabló con sus tres carceleros -"que daban poco juego"- insistía en que el Parlamento y las instituciones vascos sirven "para solucionar cualquier tema".

En. su comparecencia ante los periodistas en San Sebastián, Iglesias apareció entero y sereno. "Habéis hecho mucho por mí", dijo dirigiéndose a toda la sociedad vasca.

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