La Universidad de Arriba
¿Por qué los profesores de la Universidad de Abajo tienen menos medios para investigar, peores alumnos y peor salario que sus colegas de la Universidad de Arriba, que además son más guapos? No se confundan, no es por un nuevo detergente. Simplemente, se trata de centros en países en los que las leyes del mercado imponen que las propias universidades traten por todos los medios de mejorar su prestigio. Ésta no es obviamente la situación en España. ¿Qué interés tiene una universidad en ser mejor que otra, si sus profesores van a cobrar lo mismo donde quiera que estén, y si los alumnos eligen centro más por criterios de vecindad que por criterios de calidad, tras unas seudopruebas de selección?Una de las consecuencias más nocivas de esta uniformidad es la aparición de diversas formas de corrupción, entre las que la descomunal endogamia en la selección del profesorado es la más evidente, si bien no la única. No voy a relatar aquí los mecanismos habituales para favorecer a los candidatos locales (que con frecuencia son excelentes, no se me interprete incorrectamente), ya que han sido magníficamente descritos por María de las Nieves Muñiz Muñiz en su lúcido artículo Una reforma pendiente (EL PAÍS, suplemento de Educación del martes 19 de octubre), sino aportar alguna idea que nos ayude a salir de esta situación. Si no se garantiza que los mejores profesores e investigadores ocupen puestos de responsabilidad en el sistema educativo superior, todos los esfuerzos realizados en los últimos diez años en investigación y tecnología se perderán a medio plazo.
Los intentos de modificar la composición y el funcionamiento de las comisiones de selección (con un solo representante de la universidad convocante, en vez de dos) son interesantes, pero tardíos e in suficientes. Puestos a ser respetuosos con la autonomía universitaria, ¿por qué no dejamos que cada rector se enfrente a su propia responsabilidad y elija libremente a los cinco miembros de la comisión (eso sí, todos defuera), con todo el asesoramiento que desee, pero Sin sorteos-sorpresa entre colectivos de profesores con cada vez mayor porcentaje de hijos del sistema que venden su voto por aquellos del hoy por ti, mañana por mi? Me atrevo a asegurar que el resultado sería mucho mejor que el actual (el Consejo Superior de Investigaciones Científicas lo viene practicando con éxito desde hace años). Sin embargo, es ingenuo esperar mejoras significativas mediante parches cuando quienes en realidad tenemos que resolver el problema somos los propios universitarios. Si sólo pretendemos perpetuar ciertos privilegios y estamos decididos a favorecer sistemáticamente a nuestros propios candidatos, poco se podrá hacer. ¿Qué no inventaremos para sortear la norma legal si ponemos a conspirar a los mejores cerebros de un país mediterráneo con una milenaria tradición de picaresca?-
Catedrático de Química Orgánica. Universidad Autónoma.
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