LLUEVE DEBAJO DEL PUENTE.
Hubo un tiempo en que los indigentes se guarecían bajo los puentes, y allí dormían y disponían sus enseres. Eran puentes romanos en algunos casos, de armazón fuerte y abrigo seguro. Los nuevos puentes son otra historia. El recién inaugurado sobre la M-30 en Vallecas se abrió al tráfico en agosto. Pero aún no se han instalado los desagües, y el agua se cuela a raudales por el hueco central, en una zona de paso habitual de peatones y donde existen además paradas de autobuses y una entrada de metro. No hay nada como un buen paraguas.
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