_
_
_
_
Entrevista:

"Eurodisney es menos seguro que Pachá"

En 1966, rodeado de turistas y biquinis, Ricardo Urgell abrió en Sitges (Barcelona) las puertas del primer Pachá. Este empresario catalán ha convertido la profecía de su mujer ("ganarás tanto dinero que vivirás como un pachá") en la cadena más antigua y poderosa de la Comunidad Europea. Bajo el discreto encanto de fiestas y noches interminables se han reunido burgueses y bohemios de toda la vida, gauche divine, grifotas de base y jet-set internacional. Falsos condes y auténticas princesas, alcapones, pijos y fardones. Calientabragas y estrechas, tiburones y tontolabas expertos en tinieblas. Gente guapa y callos malayos. Contribuyentes que funcionan y doctores del dolce far, niente. Esta fauna variopinta ilustra el libro El baile (1966-1993), un retrato sociológico que conmemora sus 25 años de supervivencia discotequera.Urgell, que vive en Ibiza "gracias a Dios", desembarcó en el Pachá madrileño en 1980 y reconvirtió el Barceló en arte y parte de las sonadas noches del foro.

Pregunta. ¿Es usted un amo de la noche, un empresario del ocio o un simple adicto al trabajo?

Respuesta. Lo que soy es un pachá con patas. Un hippy frustrado, porque me hubiera gustado ser un hippy total. Ser empresario es vivir como un perro; le echas valor o sales corriendo. Me gusta este oficio, me ha dado satisfacciones y he trabajado a pecho descubierto, pero a través de los años me he ido liando en un viaje de no retorno. No tengo afán de acumular dinero ni en Suiza ni en la China. He ganado el suficiente. Ahora quiero dedicarme a pasear.

P. Un beach boy, un lobo de mar, ¿cómo ve el espectáculo de los noctámbulos urbanos?

R. Ya no disfruto la noche, me sienta mal; además, todo el mundo te da la paliza. Aunque sean mis clientes, las ratas y los chalados de las discotecas no son un modelo a seguir. Aunque el día sea menos verdad que la noche, en la vida hay que hacer de todo, tomar el sol y hacer vida sana.

P. ¿Cómo ha podido sobrevivir a las modas que vienen y van?

R. Las discotecas antes eran negocios muy florecientes, ahora no Estamos muy fastidiados porque nos toca la segunda parte de la noche, los bares absorben la mayor parte del folclore; la gente sale a tomar copas y no va a las discotecas hasta las cuatro de la madrugada. Es muy difícil tener una discoteca de ciudad, porque el descontrol de horarios que tienen los bares aquí no existe en ningún lugar del mundo. ¿Sobrevivir? Siempre he estado unido alos jóvenes, vivo de ellos. No me interea una discoteca de carrozas; eso sí, sin irme al pasotismo y a degeneración de los after hours [locales que abren toda la noche].

P.¿Degeneración?

R. Sí, porque si no estás drogado no vas a un after hours. Por un lado luchan contra la droga y por otro dan todas las facilidades.

Antes, el que tomaba drogas se fumaba un porro y alucinaba con los pajaritos. Ahora te enchufas el bakalao, la gente toma coca y eso produce agresividad, paranoia y violencia.

P. ¿Está usted seguro de la seguridad de Pachá?

R. Mira, Eurodisney es menos seguro que Pachá. El Ayuntamiento nos dio una placa como premio a la seguridad. Desde el incendio de Alcalá 20 nos hacen cambiar las medidas de seguridad cada año, de tal forma que nunca tienes la licencia legalmente actualizada.

P. ¿Los niños malos de las casas bien siguen siendo su mejor público?

R. Es un producto no buscado. Pachá es austero. Con 18 años me fui a trabajar a Alemania en una fábrica de tornillos. Cuando abrí mi primera discoteca sucedió que los niños de papá escapados de casa trabajaban en verano de camareros. Ahora, ni eso; no quieren trabajar porque se les caen los anillos.

P. ¿Cómo se obtiene rentabilidad si los asiduos, los ricos y famosos, nunca pagan?

R. Mira, trabaja para el pobre que te hará rico. Ahora te cambio el Pachá por el Titanic. En una discoteca impersonal de Alcorcón o de Alcobendas se forran; aquí, no. Una cosa, es crear imagen y otra ganar dinero.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_