Japón promete abrir su mercado de la construcción por la presión de EE UU

El Gobierno japonés, amenazado por un ultimátum estadounidense, anunció ayer que abrirá el mercado de la construcción a las empresas extranjeras. Las que sean solventes podrán pujar en obras públicas en igualdad de condiciones. No se establecen objetivos numéricos para establecer la eficacia del nuevo plan, tal como pidió Washington, y su entrada en funcionamiento llevará tiempo porque en la preparación participan varios ministerios. La Administración estadounidense había garantizado la adopción de represalias si para el próximo 1 de diciembre, Tokio no decidía la apertura de un sector tradicionalmente vetado al exterior y sujeto a numerosos escándalos por corrupción.Uno de los principales constructores nipones fue detenido ayer por haber sobornado con 20 millones de yenes (unos 24 millones de pesetas) a un gobernador provincial para asegurarse la contrata de un hospital.

"Confiamos en que Estados Unidos evitará la imposición de sanciones", manifestó Masayoshi Takermira, portavoz del Gobierno. Comentaristas económicos piensan que el Gobierno pretende, fundamentalmente, reducir el peligro de una escalada en la confrontación comercial coincidiendo con las vísperas del viaje de Hosokawa a Estados Unidos e intentar desmontar con determinadas concesiones la imagen de Japón como país cerrado.