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Queda en libertad el conductor buscado durante dos años y que huyó tras un atropello mortal

El conductor del Fiat Uno que atropelló a un muchacho de 20 años y huyó dejándole gravemente herido en el asfalto (falleció días después) no tendrá que cumplir los dos años de cárcel a los que había sido condenado. Manuela Castro, madre del fallecido, se entrevistó ayer con el juez. Salió desconsolada: "Le ha aplicado la remisión condicional de la pena. ¿Para qué han servido el juicio y tantos meses buscándole, para dejarle ahora libre?", se preguntó. Un chivatazo, por el que ella pagó un millón de pesetas, permitió a la policía -dos años después del atropello- detenerle.

Fuentes jurídicas indicaron ayer que la ley faculta al juez para aplicar la remisión condicional de la pena cuando ésta es inferior a dos años y el reo carece de antecedentes penales "como parece ser que es el caso", subrayaron.Manuela Castro se entrevistó ayer con el juez en los juzgados de la plaza de Castilla. Según ella, el fiscal también ha apoyado la decisión de dejarle en libertad condicional. "Cuando murió mi hijo en el hospital", explicó, "me juré que nada me detendría hasta encontrar al conductor y meterle entre rejas. Ya lo he encontrado, y ahora voy a luchar para que no le dejen en la calle. Voy a ir a hablar con el fiscal jefe de Madrid" avanzó ayer.

"Conducía ebrio"

El atropello se produjo sobre las 5.40 del 24 de febrero de 1991 en el paseo de Extremadura. El automovilista Francisco Javier Hedo, que iba acompañado por un amigo en el coche, conducía aquella noche ebrio, a excesiva velocidad, y no percibió "con suficiente antelación" la presencia del peatón David Olivar, según la sentencia. El juez le condenó a dos años de prisión (uno por imprudencia temeraria y otro por no parar el coche y auxiliar al herido). Aquel día, Hedo salió huyendo con el coche. "Le pillaron 22 meses después, al día siguiente de la Lotería Nacional; ésa fue mi lotería: me tocó el gordo, pero ahora...", se lamenta Manuela Castro. Tras ser detenido, el juez instructor le había enviado a la cárcel, y allí pasó dos meses. Después salió en libertad condicional, y meses más tarde se celebró el juicio, donde fue condenado. Sin embargo, Manuela Castro asegura que el juez le informó ayer de que no tendrá que cumplir los dos años de cárcel, salvo que en el futuro cometa cualquier otro delito.

Identificar y localizar a Francisco Javier Hedo no fue fácil. La policía recogió restos del coche en el lugar del accidente. Testigos presenciales aseguraron que se trataba de un Fiat Uno turbo de color rojo. Pero facilitaron una matrícula incorrecta. Era de noche. Se revisaron todos los coches de esa marca existentes en Madrid, e incluso la policía rastreó numerosos talleres de chapa y pintura de la zona. Todo fue inútil. Hedo reparó el vehículo en el taller de un conocido. Al final, un amigo suyo le delató para cobrar la recompensa del millón de pesetas.

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