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El IRA hace estañar bombas en vías férreas de Londres

Enric González

El Ejército Republicano Irlandés (IRA) no se ha tomado ni siquiera una pausa para reflexionar tras la matanza del sábado en Belfast (Irlanda del Norte). El domingo y ayer, lunes, la banda terrorista hizo estallar artefactos en distintas vías férreas cercanas a Londres y causó graves problemas circulatorios en los accesos a la capital. El IRA mantiene una continua campaña de sabotaje y bombas en estaciones ferroviarias de Londres. Mientras tanto, en Belfast, miles de personas se concentraron para llorar a los 10 muertos de la matanza de Shankill Road, en la capital del Ulster.

Unos 6.000 trabajadores de los astilleros de Belfast, en su gran mayoría protestantes, dejaron las herramientas para acudir silenciosamente a Shankill Road. Otras 3.000 personas se les unieron ante el lugar donde el IRA causó el sábado la muerte a 10 personas, entre ellas uno de los terroristas que colocaron la bomba, y heridas a otras 50.El sacerdote de la parroquia local, presbiteriana, exhortó a los presentes a que perdonaran. Estaba el sacerdote con su homilía cuando se supo del fallecimiento de un joven católico, herido el sábado por la noche, en la primera represalia de los protestantes contra la atrocidad del IRA. Martin Moran, taxista de 22 años y sin relación con el terrorismo, fue tiroteado por varios pistoleros probritánicos y murió ayer a consecuencia de las heridas recibidas.

Esa misma noche del sábado, otros dos católicos fueron igualmente heridos por los terroristas de la Unión de Defensa del Ulster (UDA). Ayer, un joven católico fue abatido por los milicianos de los Luchadores por la Libertad del Ulster (UFF). Perdonar es muy dificil en el Ulster. En lo que va de año e incluyendo las víctimas del pasado fin de semana, los protestantes unionistas han asesinado a 32 personas y los proirlandeses católicos a 30.

Como complemento a las matanzas, el IRA mantiene una constante campana de sabotajes. Unas 50.000 personas sufrieron ayer problemas y retrasos para acudir a su trabajo en Londres, a causa de dos explosiones registradas el domingo por la noche en las estaciones ferroviarias de Basingstoke y Reading, al este de la capital. No hubo otros daños que los materiales. Ayer tarde se produjo una tercera explosión, también sin víctimas, en una via férrea cercana a Oxford.

Tras los sucesos del pasado fin de semana, las conversaciones triangulares Dublín-Belfast-Londres para la pacificación de los condados británicos en Irlanda han entrado en un callejón sin aparente salida.

"Oferta escandalosa"

Gerry Adams, líder del Sinn Féin (brazo político del IRA), afirmó ayer que se sentía capaz de convencer a los terroristas para que aceptaran un alto el fuego. Como condición, exigió que el Gobierno de Londres asumiera la propuesta de paz de los republicanos, por la que el Reino Unido se comprometería a ceder los condados a la República de Irlanda si la mayoría de sus habitantes así lo decidiera en un futuro referéndum.

El primer ministro británico, John Major, respondió que si Adams podía conseguir el cese de la violencia, debía hacerlo sin previas condiciones. "Su oferta me suena a chantaje", afirmó el primer ministro, para quien la conducta de Gerry Adams era "escandalosa".

Según se intensifica la violencia, decrecen las posibilidades de compromiso político: El ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, manifestó ayer ante los Comunes que el Gobierno británico "no recompensará a los terroristas con ninguna concesión".

El actual Gobierno británico se encuentra especialmente maniatado en lo que se refiere a su política hacia el Ulster, por su escasa mayoría parlamentaria y su dependencia de los votos unionistas en los Comunes. El último avance significativo en Irlanda del Norte lo protagonizó en 1985 la ex primera ministra Margaret Thatcher, con el acuerdo que normalizó las relaciones entre Londres y Dublín.

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