La mitad del país, arrepentida de cómo votó el 6-J

El 56% de los españoles consideraba en julio -un mes después de las elecciones- que la victoria del PSOE sin mayoría absoluta era, en líneas generales, un buen resultado para España. Sólo tres meses más tarde, la evaluación ha experimentado un claro vuelco: la mayoría (49%) estima que aquél fue un mal resultado para el país, quedando en un 39% (una cifra inferior en 17 puntos a la obtenida en julio) quienes siguen pensando que se trató de un resultado positivo para el país. Entre los propios votantes socialistas disminuyen en 20 puntos los que evalúan positivamente el resultado electoral del 6 de junio (pasando del 79% al 59%). Al mismo tiempo, una proporción sin precedentes de españoles (el 72%) define como mala o muy mala la situación económica del país, para la que el 56% no ve perspectivas de mejora en mucho tiempo. Dos de cada tres españoles (el 62%) dicen además no tener la impresión de que el Gobierno de Felipe González esté en camino de poner en práctica el "cambio del cambio". Éstas son las principales conclusiones que cabe extraer del Barómetro de Otoño realizado por Demoscopia para EL PAÍS.

EL PAÍS, El pesimismo vuelve, más intensamente que nunca, a presidir el tono vital de los españoles. A los 100 días de su formación, el actual Gabinete ha experimentado una apreciable erosión de imagen y su actuación la califica la ciudadanía con un suspenso.

Entre quienes consideran ahora que el resultado electoral del pasado junio fue malo para el país, el 44% (equivalente al 210/6 de todos los entrevistados) dice que hubiera preferido una victoria del PP, y el 17% (equivalente al 8% del total de entrevistados) añora mejores resultados de IU.

Desde el pasado mes de julio ha decrecido en 12 puntos (del 8 1 % al 69%) la proporción que dice que si volviera a haber elecciones mañana votaría lo mismo.

El descenso es especialmente marcado entre. quienes votaron al PSOE, partido en el que se registra una más rápida e intensa desmovilización de votantes: si en julio un 89% de los votantes socialistas declaraba que volvería con seguridad a repetir su voto, ahora ese porcentaje ha descendido al 70%. 0 lo que es igual, desde el día siguiente a las elecciones el PSOE podría haber desencantado hasta un 30% de sus recientes votantes: a un 8% de forma, al parecer, definitiva (dice que "con seguridad" no volvería a votarle), y a un 5% de forma importante (indican que "probablemente" no volverían a votarle).

Entre los votantes del PP, por contra, el grado de estabilidad es mayor: si en julio el 91% de los votantes populares indicaban que repetirían su voto, ahora dicen eso mismo el 89%. Es decir, en el caso del PP la desmovilización desde el 6 de junio parece afectar únicamente a un 11%, es decir, a una cifra tres veces menor que en el caso del PSOE.

La intención explícita de voto en unas hipotéticas nuevas elecciones refleja esta tendencia de una parte del electorado socialista a desmarcarse de su conducta electoral última. La intención de voto declarada en favor del PSOE queda en un 28,3%, es decir, 1,6 puntos por debajo del resultado efectivamente obtenido el 6 de junio y 4,8 puntos por debajo de la intención de voto manifestada inmediatamente después de las elecciones.

El recuerdo de voto socialista, sobredimensionado (como suele ser normal en el caso del partido vencedor), no experimenta fluctuación alguna en estos meses, lo que resalta aún más la importancia del descenso en la intención declarada de voto. La intención explícita de voto por el PP también registra un descenso, pero es conocida la tendencia a ocultarse de parte del voto popular. Izquierda Unida es la única formación que registra una intención explícita de voto creciente: 9,9% ahora, frente a 8,6% en julio y frente a la realidad del 7,4% en junio.