255 millones para empezar la recuperación del entorno del monasterio de El Escorial

El plan para reformar el degradado entorno actual del monasterio de San Lorenzo de El Escorial empezó ayer a cobrar vida, en su primera fase, con una dotación de 255 millones de pesetas aportados por el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Este ambicioso proyecto, que costará al final más de 1.200 millones de pesetas, pretende cambiar de función el entorno del monasterio, que ahora es prácticamente un aparcamiento, "para proteger el conjunto monumental de la contaminación y del deterioro que produce la constante ocupación de vehículos y autocares".

El Escorial es visitado al año por un millón de turistas, cifra que convierte a esta localidad en la más turística de la región. La partida destinada ayer para este proyecto por la Consejería de Política Territorial permitirá que las obras de la primera fase del plan se puedan iniciar el mes que viene. Los otros dos apartados del proyecto se ejecutarán en los próximos tres años.Las obras se centrarán al principio en la zona del parque de Felipe II y en el acondicionamiento de la plaza de Juan de Herrera. El jardín, ahora atestado de autobuses y coches, se recuperará para usos públicos y será sólo para peatones.

Habrá, inicialmente, unas intervenciones externas al casco urbano, como la reforma de varios enlaces en las carreteras de acceso para disminuir el tráfico de paso por la localidad. Al mismo tiempo, se efectuarán otro tipo de operaciones dentro del casco, como la apertura de aparcamientos alejados del conjunto monumental.

Las medidas más evidentes se apreciarán con el desvío de la carretera M-505 a su paso por el núcleo urbano, las variaciones en el sentido del tráfico de otras calles del término municipal, la circulación por la Lonja en sólo un sentido y la sustitución del aparcamiento actual por otros alternativos.

La dirección regional de arquitectura justifica esta intervención en la situación actual de las inmediaciones del monasterio: "Las visitas continuadas durante todo el año, así como la afluencia de alumnos a la Universidad María Cristina, provocan una invasión del entorno, con ocupación masiva de automóviles y autobuses, problemas de tráfico y transportes, que degradan su interés arquitectónico y monumental".