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Reportaje:

El bazar de los brujos

Más de 2.000 personas han visitado las tiendas del Primer Encuentro Internacional de Parapsicología

Salud, dinero y amor. Estos tres pilares de la existencia humana buscan respuesta entre números, cartas del tarot, bolas de cristal o simples contactos verbales, en el seno de Astromag 93. La feria ha causado aceptación en Móstoles (192.899 habitantes).En este I Encuentro Internacional de Parapsicología y Ciencias Ocultas, por el que pasaron 2.000 personas en los tres primeros días, cada vidente se encarga de prometer que uno mismo puede contactar con su pasado o conocer su futuro gracias a las técnicas más inverosímiles.

La de Trinidad Pastrana se basa en la videncia a través de una bola de cuarzo "perfecta, sin burbujas para que no se deformen las imágenes", y las cartas del tarot.

La experiencia más dura

Esta mujer, que se anuncia capaz de diagnosticar una dolencia con la sola observación del aura personal como si de una radiografía se tratara, sufrió su experiencia más dura cuando predijo la muerte de un ser muy querido con cuatro semanas de antelación. Ella fue la única de los videntes consultados por este periódico que se atrevió a contar una experiencia traumática. Para el resto, toda su carrera se halla plagada de aciertos encomiables. Según Trinidad, la muerte se le presentaba cada viernes en forma de visión de una pantera negra con grandes ojos verdes "a la que yo me negaba a mirar porque no quería saber de quién se trataría", explica Pastrana. También asegura haber predicho, fecha exacta incluida, el fallecimiento de una amiga "porque su aura estaba fuera de su cuerpo, disminuida y negra".Por ética profesional y por humanidad, Trinidad Pastrana nunca anuncia un final fatal por claro que éste sea, "jamás miento, aunque sí omito", explica.

Con el mismo criterio trabaja Concepción Hurtado, clarividente que dice haber visto la guerra de Kuwait dos años antes de que estallara y la situación de Felipe González abocado a buscar apoyo para gobernar nada más comenzar la pasada campaña electoral. Esta especie de "descendiente de profetas" se dio cuenta de su capacidad para prever las cosas cuando era muy pequeña y le decía a la madre que no cocinara porque su padre llegaría mucho más tarde.

La herramienta de trabajo de Concepción es su propio cuerpo dispuesto a "sentir toda la energía y vibraciones de su contrario". Por eso su vida extraprofesional la dedica a recuperarse física y psíquicamente con temporadas en el campo, lectura y recogimiento sosegado en el hogar.

Igual de agotada tras cada sesión se encuentra Consuelo Aparicio, una madrileña que dice no necesitar el relato de la persona que tiene frente a sí para saber lo que le pasa. Con su mirada penetrante abriéndose paso entre madejas de cabello totalmente rubio, Consuelo puede pasar varias horas explicando detalles sobre el pasado, presente y futuro del hombre o mujer que así se lo solicite sin necesidad de más datos. Asegura que puede aconsejar desde cuidados médicos hasta formas de actuar para situaciones venideras, y mantiene que recibe visitas de conocidos alcaldes y otras personalidades relacionadas con todos los ámbitos y estatus sociales.

La capacidad innata para adivinar cosas sin embargo se ha suplido, en los casos de Francine Galloy, numeróloga, y Esperanza Mingo, quiróloga, por el estudio de sus ciencias.

Francine Galloy, una mujer inquieta apasionada por su trabajo, garabatea números con sus manos y no para de sumar y restar en alta voz. "Lo mío es algo concreto y racional, además muy antiguo porque uno de sus artífices fue Pitágoras".

Por inverosímil que parezca, Francine se cree capaz de observar con una claridad absoluta, como si de una imagen frente a un espejo se tratara, en qué etapa de nuestra existencia fundaremos una familia o cuándo tendremos que viajar al extranjero. El trabajo de Francine se basa en etapas de nueve en nueve años "ya que no existen números de dos cifras. Todos suman o restan sus dígitos quedando siempre uno solo", explica la numeróloga, que sólo necesita el nombre completo y la fecha de nacimiento para desvelar secretos de nuestro futuro.

Esperanza Mingo, quiróloga, también sostiene que la lectura de las manos es una ciencia "que se estudia y que cualquiera puede desempeñar aunque con un poco de intuición". Hace ocho años que empezó por curiosidad y diversión, "pero cuando estudias las manos te das cuenta de que lo que dices es verdad y está escrito en ellas", señala Esperanza.

La mano derecha es la del futuro, la izquierda la del pasado y las herencias familiares, y una palma cruzada por infinidad de líneas denota la intensidad con que vive su poseedor.

Robert Godman, fundador de la palabra yantrología -yantra: dibujo de la energía- aconseja terapias de música y colores a cuantos particulares y empresas solicitan sus servicios, aunque sostiene que "cada persona es su propio médico". El trabajo de Godman consiste en dibujar la energía desprendida por su cliente y redactar un informe "para seguirlo al pie de la letra con el objetivo de encontrar la armonía con todo y todos, porque Todo es mente".

También Clara Inés, colombiana, ofrece terapias, pero no de música y colores sino de hierbas, tónicos y velas hechas de especies vegetales, la mayoría desconocidas en España. Tras su primera experiencia paranormal a los siete años y su descubrimiento posterior del más allá, Clara Inés trabaja sin libros, "sólo por instrucciones cósmicas", limpiando a personas y lugares de la energía negativa que desprenden.

Entre el público había cientos de amas de casa interesadas por la salud de su marido y sus hijos.

También acudían muchas jóvenes para averiguar quien entre todos sus amigos y entre los desconocidos guarda su media naranja: "Confío más en la palma de mi mano que en ponerle una velita a San Antonio", reconocía una de ellas.

Astromag 93. Calle Cid Campeador, 5. Entrada: 200 pesetas. De 12.00 a 22.00 horas. Abierto hasta el próximo domingo día 24, a las 21.00 horas.

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